Por Vilma Filici (filici@filici.com)
Finalmente, después de 20 meses de pandemia y de la puesta en vigor de diversas medidas que buscan prevenir la propagación del virus del COVID-19 en nuestro país, las personas que se encuentran en tránsito en los Estados Unidos en busca de refugio en suelo canadiense ya pueden entrar nuevamente a Canadá. Esto lo pueden hacer ya sea a través de los puntos migratorios oficiales así como también por los puntos fronterizos no autorizados, como por ejemplo el conocido Roxham Road, en Quebec.
El gobierno federal levantó la prohibición la semana pasada aduciendo que ha habido una mejora de la situación de salud pública, así como también la reapertura de la frontera terrestre con los Estados Unidos hace un par de semana. La prohibición de ingreso a través de la frontera terrestre ha estado en vigor desde finales de marzo del año pasado, y esta obligaba a los solicitantes de refugio que llegaban a la frontera a regresar a Estados Unidos.
En concreto, ahora las personas que lleguen a los Estados Unidos como país de tránsito para pedir refugio en la frontera canadiense lo podrán hacer tanto en los puntos migratorios oficiales así como también en los puntos ciegos de la larga frontera entre Canadá y los Estados Unidos.
No obstante, la oficina del Ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá dijo a través de un comunicado de prensa que todos los solicitantes de asilo “deben cumplir con estrictas medidas de salud pública”, incluido un período de cuarentena y pruebas de COVID-19. Explicó además que los solicitantes de asilo que fueron regresados en la frontera hacia los Estados Unidos también podrán presentar una solicitud ahora que se han levantado las medidas.
Dicho esto, tal y como ya lo hemos explicado anteriormente, hay que aclarar que con la vigencia del Tratado del Tercer País Seguro que rige entre Canadá y los Estados Unidos, solamente pueden entrar y pedir refugio en frontera oficial las personas que cumplen algunas de las excepciones de dicho tratado, como por ejemplo quienes tienen familiares en Canadá, los menores de 18 años y aquellos que son ciudadanos de países que no requieren visa para ingresar a Canadá. También las personas cuyas vidas corren peligro si son regresados a sus países de origen, y estamos hablando de personas que pueden enfrentar la pena de muerte si los retornan a Estados Unidos y de ahí los regresan a su país de origen.
Esas son las personas que pueden llegar y pedir refugio en un puerto de entrada regular, donde hay oficiales de inmigración y donde hay una frontera oficial. Los que no cumplan con una de las excepciones pueden entrar por un punto ciego, o sea una frontera no oficial.
Pero, incluso así, en abril del 2019 se aprobó una ley que establece que aun esas personas que hayan pedido refugio en los Estados Unidos, no pueden pedir refugio en Canadá, no son elegibles. A esas personas solamente se les da la oportunidad de hacer una solicitud de PRRA (Pre Removal Risk Assessment), que es una evaluación para las personas que corren riesgo si son regresadas a su país de origen. A estas personas se les permite entrar y se les permite pedir el PRRA, pero no van a ser escuchadas por el Consejo de Inmigración y Refugiados, aunque sí van a ser evaluados por el Departamento de Inmigración. Y si el oficial encuentra que la persona corre riesgo, entonces se le declara persona que necesita protección y se le permite solicitar la residencia permanente.
Ahora bien, para que una persona pueda hacer una solicitud de PRRA tiene que estar en una etapa donde ya está lista para ser sacada del país, y son los oficiales de la Agencia de Servicios Fronterizos los que tienen que darle la oportunidad de aplicar a través del PRRA. Esto significa que las personas que vienen de países para los cuales hay una moratoria a la deportación, y en el caso de Latinoamérica son los venezolanos, ellos no pueden hacer una aplicación de Pre Removal Risk Assessment, porque como no los pueden sacar del país, no están listos para la deportación y, por lo tanto, los dejan entrar, pero no se puede hacer esa solicitud hasta el momento en que se levante esa moratoria, la cual no sabemos cuándo ocurrirá. Se espera que no se levante hasta que haya cambios en Venezuela.
Ahora bien, hemos visto que el Gobierno ha tratado por todos los medios de parar la entrada de refugiados a través de los Estados Unidos, que estaban entrando por puntos ciegos, como es el caso de las personas que entraron por Roxham Road. Hablamos de miles de personas.
La razón por la cual cualquier persona en Estados Unidos puede entrar y pedir refugio por Roxham Road es porque una sección del Tratado del Tercer País Seguro dice específicamente que si una persona entra por un punto ciego el tratado no tiene efecto, y por eso las personas pueden entrar.
Otra sección de la ley de inmigración dice que cuando una persona cruza la frontera para pedir refugio, no se puede penalizar. Entonces, una combinación de estos 2 factores, más el hecho de que Canadá es signatario del Convenio de Ginebra para la protección de los refugiados, permite que las personas entren.
El gobierno trató de cambiar el Tratado del Tercer País Seguro, estaba en negociaciones con los Estados Unidos para ver si podían modificar esa sección del punto ciego, pero no lo lograron. Sin embargo, lo que no consiguió el gobierno lo alcanzó la pandemia, porque con la excusa de la enfermedad detuvieron la entrada de los refugiados por Roxham Road y otros puntos ciegos.
Lo que estaba sucediendo era que la persona llegaba, pedía refugio y era regresada a los Estados Unidos, con la esperanza de que iban a ser llamados en algún momento para ser procesados para pedir refugio. Esto es algo parecido a lo que está pasando con los refugiados que están entrando a Estados Unidos desde México, tratando de pedir refugio en los Estados Unidos, a quienes los están mandando de regreso y están varados en México esperando que se los procese.
El problema es que cuando las personas que llegaban a la frontera canadiense eran regresadas a los Estados Unidos, ahí las podían detener, maltratar y deportar. Quedaban a merced de los Estados Unidos, lo cual es peligrosísimo porque, aunque Canadá les hubiera prometido que las iba a procesar, y que las iba a llamar, si fueron regresadas a su país de origen obviamente ya no hay nada que se pueda hacer.
La realidad es que el gobierno está buscando la manera de cerrar el flujo de solicitantes de refugio vía la frontera, y ha estado aprovechando la situación del COVID-19 para no permitir la entrada. Hay que recordar que antes de la pandemia entraron como 50,000 personas y el sistema estaba preparado para procesar alrededor de 15,000 casos anualmente. De hecho, todavía estamos viviendo los atrasos que fueron causados por la entrada de los solicitantes de refugio que llegaron a través de los Estados Unidos, y después por la pandemia.
Pero bien, el anuncio hecho en estos días por el gobierno canadiense es una muy buena noticia ya que abre nuevamente la posibilidad para que los solicitantes de refugio de los diversos países del mundo que están estancados en los Estados Unidos puedan llegar nuevamente a la frontera canadiense y pedir refugio.
Vilma Filici, presidenta de Filici Immigration Services, es profesora de leyes de inmigración y refugio en Seneca College Toronto, y asesora en materia de inmigración para diversas organizaciones comunitarias. Escribe sobre asuntos migratorios en varios medios hispanos de Toronto y es fuente de información para, entre otros, los diarios Toronto Star y Toronto Sun, y las emisoras Radio Canadá y CBC.
