Los primeros retos de la Casa de las Américas

La soirée d'ouverture. Aux extrêmes, Ángela Sierra et Pablo Luna, directrice et président de la Maison des Amériques, respectivement; au centre Josefina Blanco, conseillère municipale du district de Lorimier (photo: Casa de las Américas).

Hace poco la Maison des Amériques de Montreal abrió sus puertas. Iniciativa de un grupo de profesionales latino-canadienses, recibió consejería de MTLab para aspirar a ser un proyecto sólido y rentable. Ya realiza sus primeras actividades en medio de la diversidad latina que no sólo es una oportunidad, sino también un enorme desafío.

Por César Salvatierra 

Version française

Un inmigrante de cada diez en Montreal proviene de Latinoamérica. De esta misma región, 8 400 inmigrantes son admitidos cada año en Quebec. Según datos oficiales, hay al menos 15 000 quebequenses que hablan español en sus hogares. Estas cifras ubican a la comunidad latina como una de las más importantes y con mayor afinidad en Quebec. La proyección de estos números y la intención de que esta comunidad tenga más influencia calzaron bien en las convicciones de Martin Lessard, director de MTLab, una incubadora especializada en proyectos de turismo, empresariado y cultura. Cuando Lessard escuchó hablar a la mexicana Mónica Peña sobre la idea de tener en Montreal una Casa de las Américas (Maison des Amériques), estaba seguro que MTLab podría echarles una mano para concretar el sueño.

“En MTLab ayudamos a desarrollar empresas en turismo, y una base del turismo es acoger, recibir al otro; no podemos ser indiferentes en ese sentido, es parte de nuestra esencia de trabajo. Cuando comprendí el potencial de Casa de las Américas, me dije por qué no hacerlo. La comunidad latinoamericana está muy presente en Montreal y en todo Quebec. Así que decidimos darles una oficina en nuestros espacios para desarrollar el proyecto”, explica Lessard.

Tras ocho meses de incubación en los recintos de MTLab, el proyecto de tener un espacio propio se cumplió. La Maison des Amériques se inauguró el 24 de octubre pasado como una cooperativa con 24 empresas asociadas.

“Ahora nos toca administrar un espacio de 2000 pies cuadrados, una gran sala de eventos y oficinas polivalentes­”, afirma Ángela Sierra, directora de Maison des Amériques y de LatinArte, organismo que promueve desde hace diez años la cultura latina en Montreal.

La consejería de MTLab no sólo fue útil para que el proyecto arribara a buen puerto, sino para abrir nuevos itinerarios y desafíos no del todo calibrados como, por ejemplo, hacer de la comunidad latinoamericana un agente activo en el sector empresarial quebequense. “Esto es muy importante para nosotros ya que los emprendedores latinos en Quebec son numerosos, pero no notorios. Para lograrlo necesitamos establecer lazos fuertes en ese sector a fin de integrarnos plenamente. La integración a través del emprendimiento, la innovación y los negocios empodera a los inmigrantes, profesionales y estudiantes en una escala mayor”, agrega Mónica Peña, actual vice presidenta de Maison des Amériques.

Redundamos al decir que Casa de las Américas apunta a ser un lugar de encuentro. Un recinto donde se mirarán los rostros gentes muy diversas. Para Pablo Luna, presidente del consejo de administración de la Casa, “las pequeñas diferencias dentro de la comunidad son las claves de una vasta diversidad. Para fortalecer ese gran potencial necesitamos no formar, porque el empresario, el emprendedor latinoamericano, ya tiene la formación, la educación y está presente en la sociedad quebequense, sino darle las herramientas, los contactos y el conocimiento para rendir al mismo nivel que sus pares”.

Los pilares de Casa de las Américas son tres programas: el empresarial, el cultural y el comunitario. De los cuales, afirma Pablo Luna, “el cultural es crucial porque difundir nuestra diversidad cultural nos mantiene unidos como comunidad a los ojos de Quebec y a las comunidades que la integran. El comunitario también es necesario porque ofrecemos acompañamiento a los nuevos inmigrantes, a las familias, y a los quebequenses que desean conocer más de nuestro aporte a su cultura”.

Sin embargo, uno de los enormes desafíos que tiene la Casa de las Américas es calar en las siguientes generaciones ya que, si bien uno de cada diez ciudadanos es de origen latinoamericano en Quebec, los más jóvenes heredan parte de esta cultura y se identifican también con la quebequense. Para Pablo Luna, se trata de una lectura de la actualidad, los jóvenes tienen preocupaciones que implican acciones de impacto social: “No es casualidad que Greta Thunberg movilice masas de jóvenes. Las nuevas tecnologías también cambian nuestra manera de relacionarnos; la creación de empresa de impacto social, el reconocimiento de las minorías y su aporte son parte de nuestras preocupaciones”.

Otro reto será convencer a sectores de la comunidad latina-canadiense de Montreal de que siempre es mejor trabajar juntos y no divididos. Dependerá de que la Casa tenga planificación y estrategias atractivas que luchen contra los estereotipos (como ese de que los latinos dejamos todo a la mitad) y que también posea buenos liderazgos que no dejen que esta iniciativa, como tantas, se derrumbe.


César Salvatierra es agente comunitario y especialista en diversidad y temas interculturales. Es periodista y relacionista público de Hispanophone Lea más artículos del autor.