Por Vilma Filici
A pesar de que el virus del COVID19 aún no ha desaparecido por completo de nuestra sociedad, es una realidad que la normalidad prácticamente ya regresó a nuestras vidas, y que con este regreso a las prácticas usuales en las que vivimos en Canadá, las actividades artísticas, culturales y sociales van a abundar en el verano.
Adelantándonos a esa situación, es muy importante tener en cuenta que la pandemia nos ha dejado algunas secuelas no solamente en el área de la salud sino que también en los tiempos de procesamiento de muchos trámites a nivel local, provincial y federal. Y que una de esas áreas afectadas es la del procesamiento de visas para visitantes, ya sean estos turistas o artistas que van a venir a amenizar algunas de las actividades hispanas.
En ese sentido, hay que prepararse con anticipación y realizar los trámites con la mayor antelación posible dado que, dependiendo del país del que se esté pensando traer a algún artista, los tiempos de procesamiento pueden tardar cuatro, seis y hasta ocho meses para ser completados.
Obviamente, esta es una muy buena oportunidad para ayudar a los artistas de América Latina a que vengan a mostrar sus artes a la sociedad canadiense y que con eso se generen también ingresos económicos, sobre todo después de la debacle económica que han tenido durante la pandemia, pero no hay que perder de vista que hay un procedimiento específico para traer a los artistas que pueden venir a actuar en estas actividades canadienses.
En general, una de las deficiencias que se suelen presentar en estos procedimientos es que algunas personas traen artistas solamente con visas de turistas y ya una vez que están aquí los hacen trabajar sin tener una autorización para ello, lo cual les puede generar dificultades tanto a los promotores como también a los mismos artistas.
Una situación de estas es muy peligrosa, porque si en algún momento el Departamento de Inmigración en el puerto de entrada a Canadá se da cuenta de que estas personas en realidad vienen a trabajar y no solo de visita, pueden negarles la entrada y entonces el promotor del evento va a quedar muy mal, con entradas vendidas y sin artista para actuar.
Es importante saber que hay una sección de ley que es especial para los artistas que vienen a presentarse una, dos o tres veces en Canadá, y es una excepción que requiere que el promotor del evento envíe una carta de invitación, un contrato y el itinerario del artista, explicando que ellos se van a encargar de los gastos en que este incurra mientras está en el país, etc.
De igual forma, se requiere que se envíe el contrato que se ha firmado con el artista, el contrato que se ha firmado con el local donde va a ser la presentación, y que se llenen formularios para cada uno de los músicos, cantantes, ingenieros, sonidistas y para todas las personas que vienen en la delegación, incluyendo el mánager, junto con una solicitud para todo el grupo.
Se paga $100 por persona, y se tienen que enviar todos los documentos al Consulado Canadiense del país donde se encuentran los artistas. Básicamente lo que se hace es solicitar una visa de turista que le permita al artista actuar una vez que ha llegado a Canadá.
Si los artistas provienen de países de donde se requiere visa, generalmente el proceso se hace en el consulado del país de origen, pero si son artistas que vienen de países como España, México y Chile, no necesitan visa para venir a Canadá.
Ciudadanos de estos países solo necesitan un ETA (se pide en línea y tiene un costo de $7.00 CAD) que es una autorización electrónica para venir a Canadá. Una vez que llegan a Canadá ellos deben presentar toda la documentación y solicitud al oficial en el Puerto de Entrada.
Hay una cuestión que es un poquito problemática pero que también es muy importante conocer, y es que si el artista viene a actuar en un teatro, en un parque o en un estadio, entonces se hace solamente el trámite con la oficina de visa en el consulado canadiense correspondiente, pero si se trae a un artistas para actuar en un bar o en un restaurant, es decir en un lugar donde se vende comida y bebida, antes de hacer el trámite en el consulado hay que pasar por el Departamento de Recursos Humanos, donde se debe solicitar lo que se conoce como un “Labour Market Impact Assessment” (LMIA), que es lo que se pide para cualquier persona que quiera venir a trabajar a Canadá. Es decir, se solicita un permiso al Departamento de Recursos Humanos para que permita al promotor traer ese artista o grupo de artistas a actuar en el país.
Para hacer esa petición hay formularios específicos que se bajan de Internet o que el Consultor de Inmigración o el abogado a cargo deberían tener, y se tiene que incluir también en ellos los contratos con el local donde se van a llevar a cabo las presentaciones y el contrato con el artista, así como también la propaganda que se haya hecho. De igual forma también se deberá incluir la trayectoria de los artistas para que el Departamento de Recursos Humanos dé la aprobación.
Una vez que esté la aprobación, se envía la solicitud para la visa al consulado correspondiente, o se presenta esta en el puerto de entrada con toda la documentación respectiva.
Otra cosa que es muy importante recordar es que cuando una persona viene a Canadá con una visa de turista que le permite trabajar, o con un permiso de trabajo, la persona es nada más un visitante a quien se le permite trabajar, y por lo tanto tiene que probar en el consulado que está capacitado para hacer el trabajo que va a hacer. En este caso, los artistas deben comprobar que efectivamente son artistas.
En casos donde son artistas muy conocidos no es tanta la documentación que tienen que presentar, pero sin son artistas que no son tan conocidos internacionalmente por supuesto que van a tener que presentar más documentación para probar que ese es el trabajo que ellos realizan.
Los solicitantes de visa también tienen que probar que van a regresar a sus países de origen una vez terminada la gira que van a realizar, y esto se hace a través de la presentación de contratos de trabajo, cuentas de banco, comprobantes de propiedades, de tarjetas de crédito, si dejan familia en el país como hijos, esposa o esposo, etc., a fin de convencer al Oficial de Inmigración de que van a regresar a su país de origen.
También hay que tener en cuenta que si una persona viene al país con una visa de turista cuando en realidad vienen a trabajar, está mintiéndole a Inmigración, y si ellos se llegan a dar cuenta de lo que está sucediendo, no solamente el artista puede ser castigado con un cargo de falsedad, sino que también el promotor artístico puede tener problemas ya que hay secciones dentro de la Ley de Inmigración muy estrictas que penalizan fuertemente a las personas que traen extranjeros a trabajar sin los permisos correspondientes.
Definitivamente es mucho más fácil traer al país a un artista con visa de turista que le permita trabajar, porque si la persona es efectivamente un artista y tiene un contrato de un festival que ya es conocido en Toronto o en cualquier parte de Canadá, va a ser más sencillo para que se le dé el permiso para que vengan a trabajar al país. Lo contrario sucede si un grupo de cinco, diez o veinte personas va al consulado y pide visas de turistas para visitar Canadá.
Vilma Filici, presidenta de Filici Immigration Services, es profesora de leyes de inmigración y refugio en Seneca College Toronto, y asesora en materia de inmigración para diversas organizaciones comunitarias. Escribe sobre asuntos migratorios en varios medios hispanos de Toronto y es fuente de información para, entre otros, los diarios Toronto Star y Toronto Sun, y las emisoras Radio Canadá y CBC.