Corazón migrante: Nunca me detuvo el miedo

Meyby Morante llegó a Quebec en el año 2000 (foto: Facebook).
Por Merling Sapene

Cuando le pregunto a la hispanacanadiense Meyby Dorantes que me hable sobre ella, responde:

“Soy la suma de todas mis experiencias de vida”.

El hecho de haber nacido con una condición física especial le hizo comprender muy temprano que la vida es un proceso de aprendizaje permanente.

“Tuve que aprender a caminar varias veces debido a una serie de intervenciones quirúrgicas. Entonces para mí la inmigración, el hecho de arribar a Quebec, fue como aprender a andar nuevamente mientras me integraba a una nueva cultura y aprendía un nuevo idioma”, me explica.

Con Meyby pasó algo que no le ocurre a muchas personas: las dificultades que halló a su paso la ayudaron a ver muy pronto oportunidades aun cuando el mundo se estuviera derrumbando. También las situaciones sombrías despertaron en ella un alto interés por el autoconocimiento.

Meyby llegó a Quebec el año 2000 desde Venezuela. Pero su primer acercamiento con Canadá ocurrió varios años antes, cuando un desconocido le dio la bandera roja y blanca del país. Ella la guardó con estima en su habitación sin advertir que era una señal del futuro.

Un hecho la empujó a pensar en la inmigración. Ocurrió en un empleo en Venezuela cuando el antiguo jefe le preguntó: “¿tú de verdad te crees normal?”

La frase, como ella recuerda, “le movió el piso”.

Ante las limitaciones mentales de ciertos sectores, Meyby se sobrepuso. Viajó a Canadá y se enamoró de la belleza del paisaje, de las reservas naturales y quedó contenta de los beneficios que no hallaba en otro lugar. Decidió inmigrar.

Su vasta experiencia en el área de las finanzas y una disposición para el aprendizaje rápido fueron los pilares para una meteórica carrera en la banca canadiense.

“Nunca vi barreras en mi proceso de inmigración. Pasé mis entrevistas de trabajo, nunca me detuvo el miedo”.

Entonces fue escalando hasta convertirse en banquera privada internacional. Formó parte de un equipo diverso y multicultural. Trabajó en el sector durante 15 años. Fue su primer y único empleo antes de comenzar su propio emprendimiento en Herbalife desde hace una de´cada.

¿Y el idioma, Meyby?

“Cuando las personas no me entendían por mi acento, les pedía que me tuvieran paciencia ya que después de horas de trabajar juntas me entenderían”.

Su padre le decía cuando era niña: “siempre tenemos la elección de cómo vamos a vivir una situación. Tú eliges cómo sentirte en todo momento. Tú tienes el control”.

¿Sintió frustraciones?

Por supuesto.

Pero Meyby estaba bien entrenada en esas vicisitudes desde muy temprano: “las veces que tuve que aprender a caminar de nuevo, y me caía, me daba cuenta de que ya la próxima vez aprendería más rápido, ya que ponía en práctica lo que descubría en el intento anterior”.

Dominar el idioma fue el primer gran reto. “Aquí tenemos que aprender como si estuviéramos en el kínder. No pretendas hacer en 6 meses lo que en tu lengua te tomó 40 años, como fue mi caso. Tienes que tener una mentalidad abierta como un niño que tiene que aprender a caminar”.

En cuanto a las diferencias culturales que encontramos, Meyby sostiene: “hay que entender que todos somos iguales, y hay que informarse sobre las diferencias culturales antes de llegar a un nuevo país para minimizar el choque”.

Sobre los hábitos, ella descubrió muy rápido que aquí todo es exacto y hay un tiempo para cada cosa, Meyby aconseja: “hay que comprender que así funcionan las cosas aquí; hay que adaptarse y no juzgar”.

“¿Qué era usted en su país?”, le preguntaron en su primera entrevista de trabajo.

“No era, ¡soy!”, respondió de inmediato.

Antes de despedirnos, Meyby Dorantes me dice: “hay que recordar siempre las razones por las cuales inmigramos”. No olvidemos esto y que nuestras experiencias profesionales también vienen con nosotros a este nuevo país. Ambas condiciones erigen una suerte de resistencia, la que cada inmigrante forja en su interior con el paso del tiempo.


Merling Sapene es experta en manejo de cambio, coaching y responsabilidad social corporativa. También es certificada gerente de proyectos de alto impacto social por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). ha creado el programa “Corazón Migrante” para que los inmigrantes del mundo no vivan las mismas dificultades emocionales que ella padeció, y generar un impacto positivo en su integración. Este proyecto les brindará estrategias para una integración eficaz y plena en su nueva sociedad. Venezolana de origen y fundadora de la organización MSTransition.