De dónde proviene el nombre de muchos pueblos de Latinoamérica

Ciudad de Guanajuato, México (foto: wikipedia).
Por Enrique Pato

Si usted tiene pensado realizar un viaje por Hispanoamérica –no importa a qué país se desplace– podrá comprobar en más de una ocasión que hay un lugar, ya sea un pueblo, una ciudad, un departamento, una provincia o una región, cuyo nombre le hará recordar a España, pues hay cerca de unos 70 mil en total. El propósito de esta nota no es otro que el de dar a conocer y resumir los posibles orígenes de algunos de esos nombres propios de lugar de la América hispana (sin contar los Estados Unidos). Toponimia depositada en la memoria colectiva que, de manera estable y a través de los siglos, ha llegado hasta nuestros días para designar lugares particulares en el continente americano. Resulta evidente que lo que asegura su especificidad en América es la coordenada espacial, directa o indirectamente importada de la española, por herencia cultural, referencias conocidas y tradición.

Si empezamos este recorrido por los lugares de Andalucía, encontramos que en la América hispana aparece la ciudad de Córdoba (en Colombia; Argentina y Veracruz, México). También están Granada (Nicaragua; Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca, Colombia), Jaén (Cajamarca, Perú) y Málaga (Santander, Colombia). Topónimos propios de la provincia de Jaén son Baeza (Napo, Ecuador) y Cazorla (Guárico, Venezuela). Hay también un Jerez (Jutiapa, Guatemala). De Extremadura encontramos Mérida (en Venezuela y Yucatán, México) y el topónimo cacereño Trujillo (en Colón, Honduras; La Libertad, Perú; Venezuela y Valle del Cauca, Colombia). Por otro lado, los lugares con referencia directa a la geografía física extremeña también abundan, es el caso de Altamira (Alajuela, Costa Rica y Región de Atacama, Chile) –cuyo origen estaría en el topónimo de la sierra de Cáceres–, Guadalupe (Huila, Colombia) por la sierra de Guadalupe, y Valdivia (Antioquía, Colombia) por la sierra de Badajoz.

Junto a los topónimos más genéricos de Castilla (Piura, Perú y Región de Atacama, Chile) se encuentran otros nombres propios de lugar de la actual Comunidad de Castilla y León. Son León (Guanajuato, México y Nicaragua) y Nuevo León (México), Valladolid (Yucatán y Michoacán, México; Colombia, Risaralda; Zamora Chinchipe, Ecuador), Zamora (Zamora Chinchipe, Ecuador), Salamanca (Guanajuato, México), Segovia (Antioquia, Colombia) y Nueva Segovia (Nicaragua). Como topónimos menores, también de Castilla y León, se localizan Arévalo (Cerro Largo, Uruguay) de la provincia de Ávila y Pedraza (Magdalena, Colombia), topónimo de denominación física muy recurrente en España: Pedraza de Alba (Salamanca), Pedraza de Campos (Palencia), Pedraza de la Sierra (Segovia). Lugares de la provincia de Palencia son Osorno (Región de los Lagos, Chile) y Támara (Casanare, Colombia). También hay un Sahagún (en Córdoba, Colombia e Hidalgo, México) de origen leonés.

De la actual Xunta de Galicia encontramos Betanzos (Potosí, Bolivia) de La Coruña y Villalba (Ponce, Puerto Rico) de Lugo. Otros lugares propios del norte peninsular, de Asturias y Cantabria, son Oviedo (Pedernales, República Dominicana), Santander (Colombia) y Nuevo Laredo (Tamaulipas, México). De la Comunidad Foral de Navarra se registra Pamplona (Norte de Santander, Colombia). También existe La Rioja (Argentina).

Por lo que respecta a Castilla-La Mancha, tenemos Cuenca (Azuay, Ecuador), Guadalajara (Jalisco, México) y Ocaña (Norte de Santander, Colombia), todas de origen toledano. Aragón está representado con Teruel (Huila, Colombia), Zaragoza (Antioquía, Colombia) y Tena, Huesca (Napo, Ecuador).

De Cataluña hay varias Barcelona (Anzoátegui, Venezuela y Santa Elena, Ecuador) y Lérida (Vaupés, Colombia). De la Comunidad Valenciana, Valencia (Carabobo, Venezuela y Olancho, Honduras) y Requena (Loreto, Perú). Y de la Comunidad Murciana, Cartagena (Bolívar, Colombia y Región de Aconcagua, Chile).

La influencia insular en la toponimia americana no es abundante, pero de las Islas Canarias se documenta, por ejemplo, el topónimo de La Gomera (Escuintla, Guatemala). Cabe señalar asimismo la capital de España, Madrid (Cundinamarca, Colombia y Colima, México), que reaparece bajo su forma más castiza (Madriz, Nicaragua). Por otro lado, en la única capital con nombre de lugar genuinamente de España (Port of Spain, Trinidad y Tobago), el español ya no es lengua materna. Por último, los lugares que presentan un topónimo español como gentilicio, esto es, precedido de la preposición de son también abundantes: Aragua de Barcelona (Anzoátegui, Venezuela), Autlán de Navarro (Jalisco, México), Sarandí de Navarro (Río Negro, Uruguay), Ciego de Ávila (Cuba), Puebla de Zaragoza (México), entre muchos otros.

En resumen, esta breve síntesis nos permite comprobar que en el Caribe la marca hispánica en la toponimia es reducida. En Centroamérica se percibe un ligero aumento a este respecto. Este mismo contraste se aprecia en la zona andina y en el Cono Sur. De este modo, los países con mayor número de toponimia española son México, Venezuela y Colombia. En este último país se observa la mayor presencia de lugares de origen español. Las posibles razones que explican este hecho son diversas: el origen de los conquistadores y los colonizadores, la época de la colonización de cada territorio y los vínculos directos y continuos con España, entre otras.


Enrique Pato es doctor en Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid. Sus campos de investigación se centran en la gramática, con especial atención a la sintaxis, y en la dialectología y la variación, tanto histórica como actual. Investigador principal de varios proyectos, Corpus de la sintaxis dialectal del español peninsular (FQRSC), Sintaxis dialectal del español (CRSH), El español en Montreal y COLEM (Corpus oral de la lengua española en Montreal), ha coeditado varios volúmenes colectivos y actas de congresos y tiene publicados más de un centenar de artículos en revistas nacionales e internacionales. En la actualidad es professeur titulaire en la Universidad de Montreal. Leer más artículos del autor.