Inmigración y diversidad en la música de Léa Touzé

la artista de origen hispano Léa Touzé radica en Montreal desde 2012 (Foto: Elaine Louw Graham).
La artista hispanacanadiense de origen catalán es la voz del proyecto La Léa, que reúne a otros cuatro reconocidos músicos de Canadá. Ellos fusionan ritmos y acaban de lanzar el disco “Derivas” con temas de contenido social.
Por César Salvatierra
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Una madre y una abuela siembran su herencia en algún lugar del alma. En Barcelona, la ciudad cosmopolita de la región Cataluña, donde el arte y la arquitectura se funden, la artista franco-catalana Léa Touzé recibió ese legado maternal que, con el tiempo, ha plasmado en cantos y poemas. Léa llegó a Montreal hace once años. Junto al grupo La Léa acaba de lanzar el disco “Derivas”, producto de su comunión con una serie de destacados músicos que fusionan con maestrías ritmos diversos.

El proyecto La Léa nació en el 2012 de un encuentro de Léa Touzé con el guitarrista Dominique Soulard, una figura del flamenco en Canadá. En este disco ocupa el lugar cardinal la poesía bilingüe, en español y en francés. Ritmos como el bossa-nova, el flamenco, el jazz y la rumba catalana se advierten también en el resultado final.

En “Derivas”, Léa Touzé echa mano de su talento para referirse a la actualidad: el desarraigo, la crisis migratoria y el creciente feminicidio en Latinoamérica, impune bajo el silencio de las autoridades. “Todo lo que escribo se refiere a algo que está mal”, confiesa.

“Soñando vivas”, un tema contra los feminicidios.

Las composiciones de Léa denuncian estos problemas sociales. Ella necesita expresar su indignación. A su lado, el músico Dominique Soulard interpreta con las cuerdas lo que las palabras dicen. “Teníamos esta necesidad común de crear algo más”, explica Léa.

Luego se unieron al dúo la bajista y bailaora Marie-Andrée Cloutier, el percusionista Éric Breton y el trompetista Andy King. Fue una sumatoria de experiencias ricas y disímiles. Las melodías surgían espontáneas en la comunión de ritmos.   

A Léa ninguna circunstancia la obligó a inmigrar a Canadá, fue más bien una decisión personal. Ella no olvida su época como nueva inmigrante, su tiempo de adaptación, las historias de los recién llegados y sus vicisitudes. La artista busca permanentemente que el arte sea accesible a ellos, que se acerque a estos nuevos inmigrantes, más aún cuando la cultura no es una prioridad en esa etapa inicial de supervivencia en tu nuevo país.

El proyecto La Léa en la noche del lanzamiento del disco (foto: Facebook La Léa).

Pero el grupo La Léa no solo difunde un melódico mensaje sobre temas sociales, sino también busca ser un puente de integración entre comunidades. En el disco “Derivas” hay canciones y poemas bilingües. ¿La razón? Léa es consciente que el sentimiento y la forma de expresarlo no coincide siempre con la traducción más acertada. Por ello, ella se esfuerza para que lo que expresa en su lengua materna tenga la mayor coincidencia con el sentimiento francés.

En esa búsqueda sonora y poética, hay una esencia que permanece en Léa Touzé: la adquirió en el coro popular de un barrio de Barcelona, en su niñez con los andaluces, gitanos e inmigrantes de toda condición. Se trata la mirada cosmopolita por un mundo reunido y mejor. Desde entonces, su corazón musical cobijó a la chanson d’auteur francesa, el caudal melodioso de Latinoamérica, la rumba catalana, pasando por la salsa, el hip hop, el rock, el nuevo flamenco y la música electrónica. En esa naturaleza se asoman también la justicia social, la educación popular y el feminismo.

El nuevo disco y más información sobre el grupo está disponible aquí.

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César Salvatierra es agente en temas interculturales y director de proyectos de la revista HispanophoneLea más artículos del autor.  Contacto: revista@hispanophone.ca