Adopciones lingüísticas de otras culturas

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Por Enrique Pato

Como es sabido, el concepto de cultura es muy amplio y diverso. Su significado incluso cambia, o se ve ampliamente matizado, según la disciplina en la que nos apoyemos. Para los efectos de este texto, y con fines lingüísticos y sociales, entenderemos el concepto de cultura como el habitus (Bordieu) o las características de un grupo, de una comunidad o de una nación, así como todo aquello que se transmite –o se puede transmitir– de una persona a otra. Además, cultura puede ser todo lo que nos confiere identidad como individuos y como colectividad, y aquí quedan incluidas las lenguas que hablamos.

En lo que sigue ofreceré unos cuantos ejemplos poco conocidos de adopciones lingüísticas, es decir, palabras que el español (y también otras lenguas) ha tomado ‘prestadas’ de otras culturas; palabras cuyo origen no es el inglés ni las lenguas indígenas americanas, que son los préstamos más estudiados y conocidos.

Por lo general, se trata de términos para nombres de cargos o profesiones, nombres de animales, términos relacionados con la geografía y nombres de objetos, así como de acciones. La gran mayoría de estas voces ha sido adaptada a la morfología y a la ortografía españolas, y así figuran en el Diccionario de la lengua española (www.rae.es) como préstamos léxicos:

  • Las palabras cosmonauta (kosmonavt ‘navegante del cosmos’), zar (tsar ‘Caesar’) y constructivismo (konstruktivizm ‘movimiento para la construcción’) provienen del ruso.
  • La páprika o paprika (paprika ‘pimentón’) y el coche (kocsi ‘carruaje’) del húngaro.
  • Los términos fiordo (fiord ‘pasaje’), eslalon (slalam ‘pista en pendiente’) y trol (troll ‘ser sobrenatural, monstruo’) son de origen noruego, y el narval (narhval ‘cadáver de ballena’) viene del danés.
  • El sultán (sultan ‘soberano’) y el zapato (zabata ‘zapato viejo, de madera’) nos llegan del turco.
  • El orangután (orang ‘hombre’ y hūtan ‘bosque’) y la cacatúa (kakatūwa onomatopeya) del malayo.
  • El término tabú (tabu ‘lo prohibido’, de la isla de Tonga) y el verbo tatuar (tátau ‘tatuaje’, ‘marcar la piel con pigmento’, cf. inglés tattoo) son polinesios.
  • El taekwondo (tae kwon do ‘arte de lucha con manos y pies’) es de origen coreano, el (te < t’e) es chino –del dialecto amoy– y el panda (panda ‘comedor de bambú’) es nepalí.

Y en el caso concreto de Quebec, ¿qué nos llega del francés y de la cultura québécoise? La respuesta no es tan sencilla como en principio puede parecer. Además de los préstamos léxicos directamente tomados de la lengua francesa (conocidos como galicismos), hablaríamos en este caso también de calcos léxicos (déneigement; vis-à-vis), sintácticos (La policía viene de llamarme) y adaptaciones (fr. restaurant > restaurante/ restorán). Algunos ejemplos concretos serían productos y creaciones culturales quebequenses, como esloche (de sloche) o depanor (de dépanneur).

Como señaló Bloomfield, los préstamos culturales muestran lo que un país o una sociedad proporciona y comparte con otras. El contacto entre distintas sociedades se suele llevar a cabo a través de sus culturas, solo así es posible comprobar las semejanzas y las diferencias ente ellas, y comenzar un aprendizaje intercultural mutuo.


Enrique Pato es doctor en Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid. Sus campos de investigación se centran en la gramática, con especial atención a la sintaxis, y en la dialectología y la variación, tanto histórica como actual. Investigador principal de varios proyectos, Corpus de la sintaxis dialectal del español peninsular (FQRSC), Sintaxis dialectal del español (CRSH), El español en Montreal y COLEM (Corpus oral de la lengua española en Montreal), ha coeditado varios volúmenes colectivos y actas de congresos y tiene publicados más de un centenar de artículos en revistas nacionales e internacionales. En la actualidad es professeur titulaire en la Universidad de Montreal. Leer más artículos del autor.