Por Vilma Filici
El pasado 27 de Julio, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, nombró a un nuevo ministro de Inmigración cuando hizo su reestructuración del gabinete de gobierno. Movió al entonces ministro de Inmigración, Sean Fraser, al ministerio de Vivienda, y puso un nuevo ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía: Marc Miller, MP del distrito Ville-Marie—Le Sud-Ouest—Île-des-Sœurs, en Quebec.
Miller cuenta con un currículum súper interesante: es abogado especializado en fusiones y adquisiciones con enfoque en el derecho internacional y comercial, y ha trabajado en distintos países. El habla el idioma mohawk, y esto es algo muy destacado. En el 2017, Miller dio un discurso en el Parlamento totalmente en mohawk y esta fue la primera vez que este idioma fue utilizado en la Cámara de los Comunes o en el Senado desde la Confederación.
Él es conocido porque es un defensor de los niños y lucha porque se den más beneficios a los niños canadienses. Ha luchado porque el gobierno federal invierta más dinero en viviendas asequibles y en transporte público, y tiene un historial de tener un compromiso político y social, y de haber activamente participado en iniciativas que benefician a las comunidades más necesitadas. Inclusive es conocido por haber dado sus servicios legales probonos y por haber contribuido en la redacción de artículos sobre derecho constitucional y derechos humanos.
Anteriormente fue Ministro de Relaciones Indígenas del Gobierno de Canadá y tiene un perfil bastante interesante para manejar el portafolio de inmigración, aunque en realidad aún no sabemos mucho de lo que él hará. Lo que sí sabemos es que en estos momentos el primer ministro está entregando nuevas cartas de mandatos a los distintos ministros que han nombrado y que, posiblemente, haya una carta con nuevos mandatos para el nuevo ministro de inmigración Marc Miller.
Otra cosa que también sabemos es que quedaron bastantes mandatos que fueron dados por el primer ministro desde la segunda vez que el Partido Liberal asumió el poder, y algunos incluso desde el primer momento en que estuvieron en el poder, que aún no se han cumplido. Durante el mandato anterior lo que vimos fue que agilizaron los procesos para la residencia permanente y para los procesos de residencia temporales que habían sido atrasados por la pandemia, por la guerra con Ucrania, por el problema con los afganos, etc.
También vimos una intervención directa por parte del exministro de Inmigración Sean Fraser para ayudar a las industrias, ya que se enfocó más en proveer los trabajadores necesarios para las distintas empresas, dependiendo de los pedidos que estas le hicieron. Por ejemplo, permitir a las parejas de los trabajadores no calificados poder obtener un permiso de trabajo, así como también a los hijos de los trabajadores, etc., y también se enfocó en las extensiones de los permisos de trabajo a los estudiantes internacionales. Aunque esto sí benefició a muchas personas, la idea era ayudar a las industrias a tener la fuerza laboral necesaria.
¿Qué temas han quedado en el tintero? Por ejemplo, la promesa de que eliminaría los aranceles para los casos de ciudadanía y la regularización de las personas que se encuentran en el país de forma indocumentada. Sabemos que se ha estado trabajando en el programa para la regularización y que han estado activamente trabajando organizaciones de derechos humanos, así como también las organizaciones de abogados y de consultores, etc., para llegar a un acuerdo en términos de cómo se va a manejar este programa, pero ya ha pasado bastante tiempo y todavía el programa no se anuncia. Esperamos que en el nuevo mandato nuevamente se reitere que se tiene que lanzar este programa de regularización.
Algo que hay que destacar es que durante el actual gobierno liberal ha habido varios cambios de ministros de inmigración, y que cada nuevo ministro ha llegado a implementar diversos cambios. Así, muchos de estos, aunque han sido modificaciones pequeñas, han complicado bastante el procesamiento de los casos de inmigración, no solamente para los abogados y los consultores que estamos constantemente aprendiendo nuevos programas y tratando de manejarlos de la mejor manera posible para el beneficio de nuestros clientes, sino también para el Departamento de Inmigración. Porque se ven errores que se cometen y es justamente porque hay tantos programas pequeños con distintas reglas que en realidad sí ha complicado muchísimo el procesamiento de estos casos.
Asimismo, creo que no se ha iniciado el programa de los trabajadores indocumentados porque de alguna manera están cumpliendo una función importante dentro del país, están trabajando, están llenando vacíos que, de no estar ellos, aquí no se podrían llenar. Considero que las autoridades se han preocupado en traer nuevas personas para ocupar otros puestos para los cuales no hay trabajadores disponibles.
Entonces tenemos que esperar y ver, tenemos que aguardar primeramente a ver el mandato que le da el primer ministro al nuevo ministro de Inmigración Marc Miller, y también tenemos que empezar a ver qué pasa con los Express Entry, si van a bajar un poco el puntaje que ha estado súper alto, y esperar a que se cumpla la promesa del programa para las regularización. Asimismo, esperar que se quite, como lo han prometido, los aranceles para la ciudadanía. De no hacerlo, se deberá hacer lobby al gobierno para que cumpla con las promesas dadas durante las elecciones.
Todo mundo habla de que los cambios en el gabinete de gobierno son una señal de que las elecciones federales llegarán pronto, y la pregunta es si la proximidad de estas elecciones beneficiará o no a las comunidades inmigrantes.
Una cosa que se debe tener clara es que los indocumentados no votan. Y que las personas que no son ciudadanos canadienses tampoco votan. Entonces, esos dos programas no los anunciarían para ganar votos, los anunciarían porque son necesarios, porque hicieron la promesa y porque hay cientos de miles de personas que están esperando para para poder legalizar su situación en Canadá.
De hecho, el anunciar un programa de regularización podría incluso perjudicar al gobierno, porque las personas que están en contra de la regularización no votarían por el partido de gobierno. Eso me asusta un poco, porque cuando miramos la redistribución que se ha hecho con los ministros, vemos que se ha hecho específicamente para los propósitos de prepararse para elecciones próximas.
Por ejemplo, vemos que a Sean Fraser, que era un ministro súper activo en el área de inmigración, lo han puesto en vivienda, que es una de las áreas en que hay más problemas en estos momentos, así como también han cambiado a otros buenos ministros colocándolos en áreas que cubren los temas que son más importantes y que son más de urgencia. Entonces existe la posibilidad de que algunas de las promesas que han hecho todavía no las cumplan. Podrían llegar a cumplirlas si ganan un cuarto término, es decir, si ganan las próximas elecciones.