Por Vilma Filici
Dada la necesidad que hay de trabajadores a lo largo y ancho del país, las provincias han tomado un rol mucho más activo en la selección de sus propios inmigrantes. Y aquí hay que recordar que en Canadá tenemos los programas del gobierno federal, pero que también cada provincia y dos de los territorios tienen sus propios programas de inmigración.
Estos programas provinciales y territoriales tienen sus límites en términos de cuántas solicitudes pueden procesar anualmente. Ontario, por ejemplo, tiene una cuota de 18,000 solicitantes, y así, cada provincia y cada territorio tiene un límite de acuerdo con las necesidades que tiene.
Ahora bien, una de las preguntas que los clientes siempre me hacen es si se tienen que quedar en esa provincia, región o municipio a través de la cual están solicitando la residencia permanente, porque también tenemos programas regionales y programas municipales, como los programas de inmigración de las zonas rurales del norte, etc.
La respuesta es que sí, que están aplicando para esa provincia y que, si califican para esa provincia, en todo momento la intención tiene que ser de ir a vivir a esa provincia. Por ejemplo, en el pasado tuvimos el caso de una familia que estaba haciendo una solicitud para irse a vivir a Quebec y estaban aplicando bajo el programa de inversionistas, por lo que tenían que invertir una suma alta de dinero en la provincia en un fondo autorizado por el gobierno para poder obtener la residencia permanente. Obviamente también tenían que cumplir con requisitos y demostrar que tenían experiencia como empresarios, etc. Antes de entrevistarlos, el oficial encargado del caso quiso pruebas fehacientes de que esta familia en realidad tenía la intención de irse a vivir a Quebec, porque en ese momento estaban viviendo en Ontario, tenían una propiedad comprada aquí en Ontario, y por lo tanto el oficial no creía que la familia en realidad tenía la intención de irse a vivir a Quebec. Lo que el oficial pensó en este momento fue que estaban usando el programa de Quebec porque era el único bajo el cual calificaban, pero que la intención no era la de vivir ahí.
Entonces tocó que los hijos de esta familia fueran registrados en escuelas en Quebec y se fueran a estudiar a Quebec como estudiantes internacionales. Tocó que la familia vendiera la propiedad que habían comprado para inversión en ese momento en Ontario, y que establecieran residencia en Quebec para que pudieran darle la residencia permanente.
En otro caso, era un estudiante internacional que había hecho su doctorado, su PHD, en la Universidad de Toronto, pero esta persona nunca había trabajado en Ontario. Era profesor de una Universidad en Nova Scotia y de una Universidad en su país de origen, estaba dando clases virtuales y de vez en cuando viajaba a ese país. Entonces cuando aplicó para la residencia permanente, y en este caso era para la provincia de Ontario, recibimos una carta dándole al cliente la oportunidad de explicar si en realidad su intención era la de vivir en Ontario, ya que nunca había trabajado en Ontario y estaba trabajando en una Universidad de Nueva Escocia y en una Universidad en su país. Entonces en este caso, para probar la intención, se tuvo que mandar todas las postulaciones que había hecho esta persona a distintas universidades en Ontario, con las respuestas que había recibido. Declaraciones de sus profesores de la Universidad, declaraciones de amistades diciendo que siempre habían sabido que la intención real de él era la de vivir en Ontario, pero que lamentable tenía que trabajar con Nova Scotia y con la Universidad de su país porque no había encontrado trabajo en Ontario, pero que seguía buscando en Ontario. Y con esa información que se envió, el oficial quedó satisfecho de que la persona en realidad quería vivir en la provincia y le dieron su residencia permanente.
En este sentido, desde el momento en que se hace la solicitud para un programa de nominaciones provinciales, o como dijimos anteriormente, para los programas regionales o municipales, se tiene que demostrar que la intención real es la de vivir en el lugar que le va a dar la residencia permanente.
Si un oficial de inmigración sospecha que la persona está solamente usando el programa, que no es una intención genuina la de vivir en la provincia o el lugar en el que está aplicando, puede rechazar la aplicación por intención, por más que la persona haya sido ya seleccionada por la provincia, por más que la persona tenga un perfil excelente, igual pueden rechazar el caso.
Una vez que la persona obtiene la residencia permanente, también pueden revocársela, si inmigración de la provincia se da cuenta, de que la persona nunca tuvo la intención real de vivir en ese lugar. ¿Cómo se dan cuenta? Bueno, la persona puede obtener su residencia permanente, tener la tarjeta de residencia permanente y a las semanas o al mes se mudan a otra provincia, a otra ciudad. A veces las provincias hacen chequeos de confirmación y mandan un cuestionario en el que preguntan qué están haciendo, etc., y si se dan cuenta de que la persona no se quedó en la provincia por un tiempo razonable por lo menos, le pueden hacer acusaciones de haber dado declaraciones fraudulentas en el momento de hacer la solicitud y revocarle de residencia permanente.
Entonces a la pregunta, ¿me tengo que quedar en la provincia que me seleccione o en el lugar que me seleccione? La respuesta es sí, se tienen que quedar por lo menos por un tiempo prudente e intentar establecerse en la provincia.
Ahora, hemos visto casos de personas que, por ejemplo, se quedaron 8 meses, 9 meses, 1 año en un lugar y no consiguieron trabajo, y después consiguieron un trabajo en otra provincia y se mudaron. Ellos pudieron demostrar en la investigación que se hace de que en realidad intentaron vivir en la provincia que los seleccionó, en la que habían aplicado, que intentaron buscar trabajo y establecerse, pero que pasó un tiempo y no lo lograron, pero que sí consiguieron trabajo en otra provincia. Entonces pueden demostrar que la intención en el momento de haber hecho la solicitud era genuina de vivir en ese lugar, pero que después por situaciones contrarias a su voluntad tuvieron que ir a trabajar a otro lado.
En ese caso no los pueden acusar de haber dado declaraciones fraudulentas en el momento que hicieron la solicitud, porque se puede demostrar por medio de documentación de que sí, se quedaron en el lugar. Además, tenemos que recordar que la sección 6 de la carta de derechos y responsabilidades del ciudadano garantiza la movilidad dentro de Canadá de los residentes permanentes, de los ciudadanos y de las personas que están buscando trabajo, o que encuentran trabajo, es decir que es un derecho y por lo tanto no se les puede penalizar si se mudan a otro lugar porque han conseguido sustento.
Cuando es seguro que no van a tener problemas de cambiar de provincia o de región es una vez que se convierten en ciudadanos canadienses o una vez que haya pasado un tiempo razonable o prudente y que puedan demostrar que la intención inicial era la de vivir en esa provincia a través de la cual obtuvieron la residencia permanente de Canadá.
Vilma Filici, presidenta de Filici Immigration Services, es profesora de leyes de inmigración y refugio en Seneca College Toronto, y asesora en materia de inmigración para diversas organizaciones comunitarias. Escribe sobre asuntos migratorios en varios medios hispanos de Toronto y es fuente de información para, entre otros, los diarios Toronto Star y Toronto Sun, y las emisoras Radio Canadá y CBC.