Si usted aún no es ciudadano canadiense, tenga mucho cuidado con cometer algún delito

Fuente: CBC.
Por Vilma Filici

La semana pasada llegó a mi oficina una persona que estaba preocupada por los efectos que podría tener en su estatus migratorio un problema que tuvo recientemente con la policía. Me explicó que luego de una fiesta en la que se tomó varios tragos, se fue a descansar a su vehículo que estaba estacionado en el parque del lugar del evento, y dice que como estaba haciendo frio, encendió el motor para que funcionara la calefacción.

El problema es que mientras descansaba apareció una patrulla de la policía, se acercaron a ver si tenía algún problema y le hicieron la prueba de alcohol, la cual resultó positiva. El no andaba conduciendo en las calles, pero estaba detrás del timón de su vehículo con el motor encendido, por lo que los oficiales le hicieron cargos de manejar bajo los efectos del alcohol.

Esta persona buscó a un abogado para que le ayudara en su problema con la policía, y el abogado le recomendó que para solucionar pronto la situación y bajar los costos del caso, lo mejor era que se declarara culpable y de esa forma el juez iba a tener más consideración hacia él.

Así lo hizo, pero el problema es que esta persona vive en Canadá únicamente como residente permanente, es decir que no es ciudadano canadiense, y por tanto el declararse culpable de un delito que es considerado como criminalidad grave puede provocar que le den una orden de deportación del país.

Y si una persona que no es ciudadana canadiense comete un acto criminal y es encontrada culpable de haberlo cometido, si el juez le da seis meses o más de condena, la persona pierde todos sus derechos a una apelación ante el Consejo de Apelaciones de Inmigración de Canadá, que es un cuerpo de apelaciones que tiene el poder para decidir si en el momento que se dio la orden deportación hubo un error de hechos, de interpretación de los hechos, un error legal, una falta a los derechos de la persona, o si hay razones humanitarias y de compasión para que esta persona permanezca en el país aun teniendo un récord criminal.

Esta legislación, conocida como Ley C-46, supuestamente tiene como objetivo atacar a los criminales de alto riesgo que llegan al país, a personas verdaderamente malas como narcotraficantes, casos en que realmente nadie quisiera tener a esas personas de vecinos. Pero por desgracia no son solamente estas las personas que están siendo afectadas con esta legislación, ya que éste es sólo un grupo minoritario a quienes se les aplica la misma.

Lamentablemente en nuestra comunidad hay muchas personas que piensan que al tener la residencia permanente ya están libres de poder ser deportados, y eso los lleva a cometer muchos errores. Estoy hablando de personas que tienen problemas con las autoridades, ya sea por haber cometido hurto en un negocio, por haber manejado en estado de ebriedad o por haber asaltado a un miembro de su familia.

Estos son realmente crímenes que son comunes y que lamentablemente a veces se cometen por cuestiones culturales, como por ejemplo personas que para educar a sus hijos usan la violencia, sin darse cuenta de que en Canadá el golpear a un hijo es considerado asalto, y que si se usa un cinturón o cualquier otro objeto en el acto, esto es considerado como asalto con un arma.

Definitivamente es un grave error no estar al tanto de que lo que una persona podría considerar disciplina de acuerdo con su cultura, en Canadá se considera un crimen, y específicamente asalto a una persona, ya sea la esposa, los hijos o cualquier otro miembro de la familia.

Un segundo error es que una vez que la persona ya ha cometido el delito, va a la Corte y estando ahí se deja convencer muchas veces por el fiscal o su abogado defensor, y se declara culpable del hecho porque le dicen que de todas maneras la condena no va a ser muy fuerte y por lo tanto no va a tener ningún problema.

Pero de lo que esta persona no se da cuenta es que al ser residente permanente, es decir que aún no tiene la ciudadanía, y al ser encontrado culpable de criminalidad, (en este caso específico de criminalidad seria dado que es una definición que está en el Acta de Inmigración), la persona automáticamente pasa a ser inadmisible a Canadá por razones criminales.

Lo que sucede es que una vez que se termina con todo el proceso criminal en la Corte, la persona es llamada por el Departamento de Inmigración, y lo que estamos viendo muy a menudo es que la persona, como ya es Residente Permanente, piensa que no tiene de que preocuparse ante el Departamento de Inmigración dado que ya tiene estatus.

Entonces, se va bien confiado y se presenta solo, sin darse cuenta de que la entrevista a la cual lo han llamado tiene relación directa con el haber sido encontrado culpable de un acto criminal que automáticamente lo hace inadmisible a Canadá. Ese oficial de Inmigración, por tanto, lo está entrevistando para ver si hay suficientes razones humanitaria para simplemente darle una advertencia a esta persona (en el sentido de que debe tener cuidado y obedecer las leyes porque de otro modo pueden perder la residencia permanente), o si llega al fallo de que esta persona podría llegar a cometer delitos en el futuro y que por lo tanto hay que enviarlo a un juicio de admisibilidad para darle una orden de deportación.

Esta es una entrevista muy seria, por lo tanto, cuando se va a esa entrevista con el Oficial de Inmigración se debe ir muy bien preparado, con documentación demostrando los motivos por los cuales a la persona se le debería permitir permanece en el país a pesar de que ha tenido un problema con las autoridades.

En dicha entrevista también se debe demostrar que, si bien la persona ha tenido problemas con las autoridades, ha hecho enmiendas para asegurase de que en un futuro no va a volver a cometer ningún tipo de criminalidad, y algo que es muy importante en este sentido es demostrarle a ese oficial de Inmigración que la persona asume responsabilidad por sus actividades delictivas y que ha tomado medidas para asegurase de que en un futuro no volverá a cometer el mismo tipo de errores.

Por ejemplo, si la persona actuó en un momento de ebriedad, debe demostrar primeramente que está arrepentido y que se da cuenta del error que se cometió, y después, que ha ido por ejemplo a sesiones de Alcohólicos Anónimos y que sigue yendo para no volver a tomar.

Una persona que golpeó a su esposa o a sus hijos, por ejemplo, debe demostrar al oficial de Inmigración que asumió la responsabilidad de haber cometido un error y que del mismo modo está tomando medidas para solucionar su problema, como por ejemplo yendo a cursos sobre cómo manejar el enojo. Así, dependiendo del tipo de delito que se cometió, se debe demostrar que se está enmendando el error y asegurándose de que en el futuro no se va a volver a cometer el mismo error.

El problema es que en muchos casos las personas van a estas entrevistas y tratan de convencer al oficial de Inmigración de que en realidad ellos no son responsables de ningún crimen, porque por ejemplo ellos estaban nada más tratando de corregir el comportamiento de un niño, niña, esposa, etc. Pero con ello lo que le están diciendo al oficial de Inmigración es que en realidad ellos no aceptan responsabilidad del error que cometieron, y por lo tanto el oficial va a tener que enviarlo a juicio para que se le quite la residencia permanente.

Lo que yo he observado es que hay muchísimas personas que están cometiendo estos errores precisamente por ignorar la importancia que tiene este tipo de entrevistas, por lo que lamentablemente después terminan teniendo que ir a un juicio de admisibilidad donde le dan una orden de deportación.

Vilma Filici, presidenta de Filici Immigration Services, es profesora de leyes de inmigración y refugio en Seneca College Toronto, y asesora en materia de inmigración para diversas organizaciones comunitarias. Escribe sobre asuntos migratorios en varios medios hispanos de Toronto y es fuente de información para, entre otros, los diarios Toronto Star y Toronto Sun, y las emisoras Radio Canadá y CBC.