La coexistencia francés-español es un fenómeno reciente. ¿Conocer la lengua española es una ventaja o una amenaza para el francés y la sociedad de Montreal?
Por Enrique Pato
Como es sabido, la única lengua oficial en la provincia de Quebec es el francés, gracias a la ley sobre la lengua oficial (ley 22) adoptada por la Asamblea nacional el 30 de julio de 1974, bajo el gobierno de Robert Bourassa. El francés es y debe ser, por tanto, la lengua de la administración pública, de las empresas de utilidad pública y corporaciones profesionales, del trabajo, de los negocios y de la enseñanza. Según los datos de Statistique Canada (censo de 2011), el 56.5 % de las personas que vivían en la Región Metropolitana de Montreal hablaban francés en casa, el 9.9 % inglés y el 7 % otra lengua (a este grupo se le denomina, de manera poco acertada, alófonos).
Si bien es cierto que muchos inmigrantes llegan a Quebec con conocimientos de francés, otros, en cambio, deben pasar por los diversos programas de francisation que patrocina el Ministère de l’Immigration, de la Diversité et de l’Inclusion, con su eslogan “Pour enrichir le Québec – Franciser plus – Intégrer mieux” (‘Para enriquecer el Quebec – Hablar más francés – Integrarse mejor’). Según esto la integración en la sociedad y en la provincia pasa, entonces, por la integración lingüística. El gobierno de Quebec gasta muchos millones de dólares cada año en ello. Es necesario proteger el francés, y la promoción de la lengua francesa se lleva a cabo por todos los medios posibles: literatura, música, cine, arte, prensa.
El inglés, lengua mayoritaria en el resto de Canadá (del 67.5 % de los 34 millones con que cuenta el país), no tiene estatuto oficial en la provincia de Quebec, aunque es hablada por una ‘gran’ minoría (cerca del 8-10 %). De hecho, ciertos grupos (como los ingleses, escoceses, irlandeses, italianos, griegos, hindúes y la comunidad judía, entre otros) tienen predilección absoluta por el inglés (además, claro está, de sus lenguas de origen), en detrimento del francés. La “batalla” entre el francés y el inglés es antigua, y parece que seguirá por mucho tiempo hasta que, como consideran algunos, Quebec pueda ser libre.
Los alófonos que viven en la ciudad de Montreal, y en la provincia de Quebec, saben que la pretendida “paz lingüística” no existe como tal, hecho que se puede comprobar en la prensa escrita y en la televisión casi a diario (como por ejemplo el problema que hubo en Cineplex Scotia Banque hace unos años atrás). Si bien es cierto que se ofrecen varios servicios en inglés, para algunas personas la obligación de utilizar el francés resulta “racista y discriminatoria”, tal y como mantuvo Stéphan Grendon, exalcalde de Huntingdon (Montérégie, Quebec).
Toda convivencia implica ‘vivir en compañía’, en relación con los otros. Dicha relación produce diversas interacciones entre los individuos. La coexistencia, en cambio, no implica interacción, ya que dos o más grupos pueden existir a la vez en un mismo lugar, pero no relacionarse, o relacionarse muy poco entre sí. En cuestión de lenguas esto es evidente en una ciudad como Montreal. En efecto, la coexistencia histórica del francés y del inglés, por un lado, y la coexistencia del francés con otras varias lenguas romances (sobre todo con el italiano, el portugués y el español), por otro, hacen que la ciudad se haya convertido en el crisol y símbolo del multiculturalismo y plurilingüismo, no solo de Quebec sino de todo Canadá, tal y como veremos en lo que sigue.
En concreto, la coexistencia francés-español, a diferencia de la convivencia histórica que podemos encontrar en Estados Unidos entre el inglés y el español (con más de 50 millones de hispanohablantes), es un fenómeno relativamente reciente en Canadá. La población hispana está en constante aumento, gracias al número de inmigrantes hispanoamericanos y al interés económico y académico por la lengua y las culturas hispanas (no hay que olvidar que el español es la lengua más hablada en todo el continente americano, oficial en 21 países, con cerca de 500 millones de hablantes, nativos y como lengua segunda).
Desde el punto de vista social, político y económico, Montreal se está convirtiendo en la ciudad “latina” por excelencia de todo Canadá. De hecho, no solo cuenta con el porcentaje más alto de distribución del grupo minoritario ‘latino-americano’ de todo el país (con un 14.2 %), sino que además ella sola ha igualado al de las otras tres grandes ciudades canadienses juntas (Vancouver, Toronto y Ottawa-Gatineau, con un 15 % en conjunto) (Bastien & Bélanger 2010: 11).
Por otro lado, el censo oficial –publicado por el Ministerio de Inmigración y de Comunidades Culturales (MICC) de Quebec en 2010– ofrecía la cifra de 83.655 latinoamericanos en la Región Metropolitana de Montreal (42.860 mujeres y 40.795 hombres), sobre una población total de 101.080 en toda la provincia de Quebec. Según los datos facilitados por Statistique Canada (www.statcan.gc.ca), los miembros de la comunidad latinoamericana se concentran sobre todo en la región metropolitana, en un 82.8 %. Además, las últimas cifras publicadas por Citoyenneté et Immigration Canada mostraban una visión general de la inmigración en todo el país muy interesante. Las cifras de los residentes permanentes, según la provincia o el territorio y la región de origen, muestran que Quebec es la provincia con mayor número de inmigración proveniente de América del Sur y América Central de todo Canadá, por delante de provincias como Ontario o Alberta.
Con respecto a las lenguas maternas de los residentes permanentes en Canadá (2000-2009), el español era la quinta lengua con mayor número de hablantes, por detrás del inglés (lengua oficial), el chino mandarín, el árabe (en retroceso) y el tagalo (Citoyenneté et Immigration Canada 2009).
Por lo que respecta a la lengua española, no es una ‘amenaza’ ni para el francés ni para la sociedad de Montreal. Como piensan y sienten muchos quebequenses, “tenemos una cultura y una religión parecidas” y, en muchas ocasiones, se suele asociar a los viajes, a la vida más “relajada” (vacaciones y calor) y a “lo exótico”. La música y el baile, como producción cultural, también juegan un papel muy importante en esta apreciación por “lo latino”, así como los restaurantes y los comercios latinos que hay en la ciudad. En el fondo, conocer el español “es una ventaja”. De este modo, la Oficina de Traducciones del gobierno federal (banco de terminología) y l’Office de la langue française, por ejemplo, ya han añadido el español entre sus recursos.
Todo ello nos hace pensar en la conservación y crecimiento del español en Montreal y en Quebec, hecho que solo será posible si las generaciones futuras lo mantienen vivo, si las familias latinas dejan su lengua materna como herencia inmaterial y cultural a sus hijos y nietos, y si la lengua española no solo se utiliza en el ámbito familiar y con los amigos, sino en (casi) todo tipo de situaciones cotidianas de la vida.
Enrique Pato es doctor en Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid. Sus campos de investigación se centran en la gramática, con especial atención a la sintaxis, y en la dialectología y la variación, tanto histórica como actual. Investigador principal de varios proyectos, Corpus de la sintaxis dialectal del español peninsular (FQRSC), Sintaxis dialectal del español (CRSH), El español en Montreal y COLEM (Corpus oral de la lengua española en Montreal), ha coeditado varios volúmenes colectivos y actas de congresos y tiene publicados más de cuarenta artículos en revistas nacionales e internacionales. En la actualidad es profesor agregado en la Universidad de Montreal. Leer más artículos del autor.
Bibliografía consultada
Bastien, Yannick y Alain Bélanger. 2010. Un portrait comparatif de la situation de l’emploi chez les immigrants et les minorités visibles dans les RMR de Montréal, Ottawa-Gatineau, Toronto et Vancouver. Montréal: INRS-UCS.
MICC= Ministère de l’immigration et des communautés culturelles. 2010. Portrait statistique de la population d’origine ethnique latino-américaine recensée au Québec en 2006. Québec: MICC/ Gouvernement du Québec.