¿Qué es lo que está ocurriendo en el paso fronterizo de Roxham Road?

Foto: CBC.
Por Vilma Filici

En las últimas semanas ha estado en todos los medios de comunicación nacional el tema del paso fronterizo ciego de Roxham Road, por donde miles de solicitantes de refugio están llegando a Canadá y que ha generado quejas, por ejemplo, de la provincia de Quebec, dado que la mayoría llegan a Montreal y los recursos con que cuenta la provincia para atenderlos no son suficientes.

La verdad es que esto no es nada nuevo, el problema que hay con la gente entrando por Roxham Road desde los Estados Unidos, es algo que empezó en el 2016 cuando también hubo muchas quejas en ese entonces por el alto número de refugiados que empezó a llegar por esa entrada. Y ese es el resultado de que las personas hayan descubierto una laguna legal en lo que respecta al Tratado del Tercer País Seguro.

El Tratado del Tercer País Seguro se implementó en el 2004 y básicamente es un tratado que tienen Canadá y Estados Unidos en el que las personas que se encuentran en Canadá o en Estados Unidos no pueden cruzar al otro país por tierra y pedir refugio, a menos de que entren en una de las excepciones que el mismo tratado contiene. Pero cuando las personas, durante el gobierno del presidente Donald Trump, se dieron cuenta de que dicho tratado no tiene vigencia si se cruza por una frontera no oficial, y esto significa lugares donde no hay oficinas de Inmigración o de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA por sus siglas en inglés), si las personas entran irregularmente por un lugar donde no hay oficiales de inmigración, entonces el tratado no tiene vigencia, por lo tanto no van a ser regresadas a los Estados Unidos sino que pueden pedir refugio en Canadá. De hecho, hay agentes de la policía montada que los reciben y los llevan a los lugares en donde pueden iniciar su solicitud de refugio.

Pero ¿por qué se les permite a las personas hacerlo y por qué no los estamos mandando de regreso? Primeramente, porque para mandarlos de regreso tenemos que asegurarnos de que Estados Unidos los va a aceptar, y Estados Unidos no los va a aceptar una vez que salieron del país a menos de que haya un acuerdo como lo hubo durante el período de COVID, en el cual cerraron la frontera. Porque Canadá es signatario del convenio de Ginebra y tiene un compromiso internacional que establece que cualquier persona que llegue a nuestros puertos de entrada y sea elegible y admisible para pedir refugio se le tiene que permitir presentar su caso ante las autoridades competentes, que es el Consejo de Refugiados. En este sentido, la gente en el puerto de entrada, la policía, etc., ninguno de ellos puede decidir si quienes llegan son o no refugiados.

Segundo, hay un principio internacional que se llama “non-refoulement”, de la palabra francesa “refoulement”, que quiere decir “no mandar de regreso”, entonces no se manda de regreso a ninguna persona si se sospecha que esta puede sufrir persecución si es regresada.

Y tercero, porque hay otro principio internacional que está en nuestras leyes, en el Acta de Inmigración, que dice que no se debe penalizar a una persona que está cruzando una frontera ilegalmente, si va a pedir refugio. Nosotros tenemos esa sección en la Ley de Inmigración y, por lo tanto, si una persona entra por Roxham Road o por cualquier otro punto que no sea una frontera oficial y pide refugio, y es elegible y admisible (en la parte de admisibilidad, si la persona tiene récord criminal, si ha estado involucrada con terrorismo, con crímenes contra la humanidad o con crimen organizado, esa persona no es admisible y en este momento las pueden detener y deportar), entonces se les da la oportunidad de entrar al país y de iniciar el proceso.

Ahora, el problema es que por Roxham Road, por ejemplo, en diciembre del año pasado entraron 4,689 personas y en enero de este año entraron 4,875 pidiendo refugio. Y en realidad el Premier de Quebec, François Legault, tiene razón, porque para el número de personas que está ingresando no tiene la infraestructura necesaria para manejar la situación, esa es una realidad. Pero la otra realidad es que Quebec históricamente recibe más dinero del gobierno federal para ayudar a los inmigrantes en el asentamiento, por lo que deberían tener los recursos suficientes como para poder manejar el alto número de solicitantes de refugio.

Lo que creo que está pasando con todas las críticas es que, como siempre, se está usando al refugiado, se está usando al inmigrante, como un caso político para tratar de ganar puntos, y particularmente en Quebec, donde se dice que el Primer Ministro Justin Trudeau ganó las elecciones gracias al apoyo que tuvo de la población quebequense. Entonces, están usando esta situación que se está viviendo en la frontera de Quebec con los Estados Unidos para tratar bajar el apoyo que tiene Trudeau.

Algo que no se menciona en los medios es que desde el 2015 el gobierno canadiense ha estado en negociaciones con Estados Unidos tratando de solucionar este problema de los puntos ciegos. Canadá quiere renegociar el tratado para que no haya puntos ciegos, para que no haya esta laguna legal y que toda la frontera sea parte del tratado. Según el gobierno de Trudeau, esto frenaría el flujo de los solicitantes de refugio.

Esa es una posibilidad. La otra es la que piden los que trabajan con derechos humanos y es que se elimine este Tratado del Tercer País Seguro, y que dejen la situación en la frontera tal y como estaba antes del 2004, cuando las personas podían entrar por cualquier lugar, por cualquier provincia. Así no tendríamos este problema de que todo el mundo está entrando por Quebec y está saturando los recursos, porque de hecho el año pasado ingresaron por el punto ciego de Roxham Road alrededor de 39,000 refugiados.

Bajo esa lógica, si ingresan por distintas provincias, se van a extender por todo el país y entonces sí vamos a tener un número de refugiados más alto de lo que el gobierno estaba preparado para aceptar, pero por lo menos la distribución va a ser equitativa y cada provincia podría gestionar esa cantidad.

También hay que considerar que la Corte Federal declaró hace algún tiempo que el Tratado del Tercer País Seguro era inconstitucional, porque cuando las personas entran a Canadá y las devuelven a los Estados Unidos, las personas son detenidas, y esa detención va en contra de la Carta de Derechos y Responsabilidades del ciudadano. Y estamos esperando que en algún momento en este verano se reciba una decisión final de la Corte Suprema sobre el tema, y si la Corte Suprema determina que sí en realidad el tratado es inconstitucional, entonces tendríamos todos los puertos de entrada abiertos para que las personas puedan llegar a pedir refugio.

La semana pasada, el líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, le dio 30 días al Primer Ministro Justin Trudeau para que cierre Roxham Road. Pero esto es un problema muy serio, porque si se les cierra la posibilidad a estos solicitantes de refugio de poder entrar al país por un punto ciego que es relativamente seguro como Roxham Road, vamos a tener una situación donde van a encontrar otros lugares por donde entrar, van a pagarle a contrabandistas para que los crucen poniendo sus vidas en peligro. Cosas como estas las estamos viendo esta semana en Europa, en Italia, donde un bote que llevaba más de 100 refugiados, que pagaron 8,500 dólares cada uno, se hundió y hasta el momento se han recuperado 65 cadáveres.

Esta es una tragedia enorme. Los números son altísimos. Pero tenemos que recordar que también lo hemos vivido nosotros con personas tratando de cruzar de Estados Unidos a Canadá a través del río, o de Canadá a Estados Unidos. Ha habido muertos, personas que han perdido sus extremidades por cruzar por descampados cuando había mucho frío, etc. Son temas que se tienen que considerar también, no se trata solo de decir “cerremos la frontera y que no entren”. Porque si la gente está desesperada, va a encontrar otras maneras de llegar a Canadá y pedir refugio.

Vilma Filici, presidenta de Filici Immigration Services, es profesora de leyes de inmigración y refugio en Seneca College Toronto, y asesora en materia de inmigración para diversas organizaciones comunitarias. Escribe sobre asuntos migratorios en varios medios hispanos de Toronto y es fuente de información para, entre otros, los diarios Toronto Star y Toronto Sun, y las emisoras Radio Canadá y CBC.