Por Vilma Filici (filici@filici.com)
Cada vez que se elige un nuevo gobierno, el primer ministro de Canadá envía lo que se conoce como “Cartas de Mandato” (Mandate Letters) a cada uno de los ministros de su nuevo gabinete. En dichas misivas define las prioridades que deberán perseguir en sus nuevos roles.
Como consecuencia de las elecciones de octubre del año pasado y la designación de Sean Fraser como ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, el primer ministro Justin Trudeau delineó una serie de áreas en la que el ministro Fraser deberá poner énfasis en los próximos meses. Estas beneficiarán a las comunidades inmigrantes y, eventualmente, a las provenientes de los países de América Latina.
El mandato que le dio Trudeau al ministro de Inmigración es muy variado e incluye la atención a los casos atrasados. Todos sabemos que tenemos miles y miles de personas fuera de Canadá con su residencia permanente que aún no han podido ingresar al país, y también tenemos entre 1,200,000 y 1,800,000 de casos pendientes a nivel general.
Son muchas las personas con un dossier que debería haber sido finalizado en un año y que están esperando resultados desde hace tres años, y eso incluye demandas de ciudadanía, de residencia permanente vía patrocinio familiar, los trabajadores calificados, mano de obra especializada, etcétera. La gente está realmente desesperada y obviamente esto ha obligado al gobierno a ordenar que se apresure lla atención a los procesos.
Para ello, el gobierno ha dado 85 millones de dólares adicionales al Departamento de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, y se espera que el ministro implemente nuevos procedimientos que ayuden al procesamiento rápido.
La tarea es difícil pero de hecho ya hay ciertos avances, porque algo positivo que nos ha dejado la pandemia en términos de inmigración es que se han acelerado todos los procesos a nivel virtual. De hecho, con la tecnología se han abierto portales para casi todos los programas de inmigración.
No obstante, algo que hemos estado leyendo pero que no se sabe exactamente si va a ser parte de los cambios para acelerar los procesos, es que se está planteando que se detenga durante un periodo la aceptación de algunas categorías de inmigración para permitir que se puedan procesar los casos que están estancados. Habrá que esperar a ver qué es lo que dice el nuevo ministro.
Otro de los mandatos que se le ha dado al ministro de Inmigración es buscar la manera de implementar o expandir programas para la regularización de los indocumentados, y eso es algo que se ha estado esperando durante los últimos 30 años.
En el pasado, en los últimos dos años, hemos visto programas piloto que justamente regularizaron a indocumentados. El primer programa fue para 500 personas que habían llegado con el programa de trabajadores temporales y que después se quedaron indocumentados. Y después hubo otro con 500 casos que se procesaron también para trabajadores de la construcción que se habían quedado indocumentados.
Estos fueron como programas piloto, fueron una especie de estudios para ver de qué manera podría implementarse un programa de regularización. Y este es uno de los mandatos que le ha dado el gobierno al ministro de Inmigración. Y aquí es importante que las personas se sepan cuáles fueron los requisitos que tuvieron que cumplir las personas que hicieron su solicitud en estos programas piloto.
Los requisitos eran obviamente que estuvieran trabajando por un cierto período, que no tuviesen récord criminal o problemas médicos, que tuvieran familia en Canadá, y en algunos casos que contaran con un nivel de estudio específico. Y esto tiene paralelo con los casos por razones humanitarias y de compasión, porque siempre se busca inicialmente el establecimiento de las personas, a menos de que haya otras razones excepcionales.
El nivel de inglés y francés también fue muy importante durante los dos programas piloto, por lo que las personas que se encuentran indocumentadas en Canadá deberían asegurarse de ponerse a estudiar inglés o francés y de tener un buen récord de trabajo, porque sabemos que por lo menos esas dos cosas van a estar incluidas en un eventual programa de regularización para las personas que viven sin estatus legal en el país.
Otro de los mandatos es que se refuerce la reunificación familiar, y esto se está haciendo con la implementación de las solicitudes por medios electrónicos. Sabemos que a las aplicaciones de Clase Familiar se les tiene que dar prioridad de procesamiento, particularmente cuando se trata de esposos o parejas en Unión libre o hijos dependientes, pero por la pandemia estos casos están estancados como todos los demás.
Otra demanda al ministro de Inmigración, y que fue una promesa que se hizo durante la primera campaña electoral del Partido Liberal, es eliminar los aranceles de procesamiento para la ciudadanía. Por lo tanto, podemos esperar que se anulen esos 530 + 100 dólares (en total 630 dólares) que las personas tienen que pagar para poder obtener la ciudadanía.
También destaca el mandato de simplificar el procesamiento de los permisos de trabajo, tratando de llegar a un máximo de dos semanas. Esto sería excelente porque los empleadores, cuando necesitan a alguien, no pueden esperar cuatro, seis u ocho meses para recibir al trabajador temporal.
La Carta de Mandato también le pide que se siga trabajando para solucionar el problema de la inmigración irregular, y en eso se están refiriendo específicamente a los refugiados que están entrando por puntos ciegos desde los Estados Unidos. En este sentido, el ministro Fraser tiene que seguir negociando con este país el Tratado del Tercer País Seguro.
Recordemos que este acuerdo solamente tiene efecto si se está pasando por una entrada oficial, pero si una persona está usando un punto ciego, donde no hay oficiales de inmigración, puede pedir refugio en Canadá aunque esté viniendo de Estados Unidos y no tenga o no cumpla con una de las excepciones.
Otro de los mandatos es que se apoye de mejor manera a las comunidades de pequeñas y medianas que requieren inmigración y que no tienen ese beneficio. Aquí imagino que se va a hacer de la misma manera que antes: crear programas especiales para zonas específicas. Por el momento, tenemos por ejemplo el programa rural y del norte, y también se han creado programas municipales dentro de los programas de Nominaciones Provinciales, en municipalidades específicas que necesitan trabajadores.
En estos programas si la persona está dispuesta a irse a una de esas zonas y tienen una oferta de trabajo, puede obtener la residencia. Este programa se va a expandir y tenemos que ver cuáles van a ser las comunidades que se van a beneficiar.
En términos de refugiados, se le ha pedido al ministro Fraser que se continúe con los programas que han creado para la comunidad LGBTQ2, para los trabajadores de derechos humanos y los periodistas, que son personas que están siendo perseguida a través del mundo, y para quienes el año pasado se crearon programas especiales. También se le pide que siga con los procesos de ayuda para las comunidades religiosas y étnicas en peligro.
Lo que nos queda ahora es ver de qué manera el nuevo ministro de Inmigración piensa implementar todos estos mandatos, y particularmente en términos del procesamiento de los casos que están estancados. Seguramente con los 85 millones de dólares van a tomar más oficiales de inmigración y de ciudadanía, etcétera. En los demás mandatos tendrá que crear nuevos programas.
Vilma Filici, presidenta de Filici Immigration Services, es profesora de leyes de inmigración y refugio en Seneca College Toronto, y asesora en materia de inmigración para diversas organizaciones comunitarias. Escribe sobre asuntos migratorios en varios medios hispanos de Toronto y es fuente de información para, entre otros, los diarios Toronto Star y Toronto Sun, y las emisoras Radio Canadá y CBC.