The New York Times nos cuenta la historia de Dan Carter, el político que vivió 17 años en la calle antes de ser alcalde de Oshawa, Ontario. Entre sus prioridades está atender las necesidades de las personas sin hogar y con adicciones.
“Durante 17 años, fui una persona bastante horrenda”, dijo Carter, el alcalde de Oshawa, Ontario. “Una persona horrible. Mentía, engañaba, robaba”. Sin hogar y adicto a las drogas desde su adolescencia hasta los 31 años, y en esencia analfabeto debido a una dislexia severa, lo despidieron de más trabajos de los que podía recordar, contó Carter, y añadió: “De verdad no tenía habilidades, ni capacidades, ni educación, ni nada”.
Sin embargo, tal vez fue este origen atípico lo que atrajo a los electores de Oshawa, una ciudad de 175.000 habitantes a orillas del lago Ontario, que lo eligieron alcalde por primera vez en 2018. O al menos su historia lo posicionó como alguien que podía aportar su experiencia personal para afrontar los problemas más acuciantes de la ciudad. Los problemas que enfrenta Oshawa están escritos con marcadores de colores sobre un pizarrón blanco en la sala de juntas al lado de la oficina de Carter en el ayuntamiento: la cantidad de sobredosis (398 el año pasado); la cantidad de personas sin hogar (en este momento, cerca de 350); lo que le cuestan a la ciudad las sobredosis (más de medio millón de dólares canadienses, o alrededor de 365.000 dólares estadounidenses, el año pasado). Junto a esta lista hay un organigrama de sus planes para cambiar las cosas.
“Va a ser caro, va a requerir mucho trabajo, pero es lo que hay que hacer”, dijo Carter, de 63 años, durante un paseo por el ayuntamiento. Señaló hacia un parque cercano donde varios indigentes se congregan en el frío: “O”, dijo, “podemos seguir haciendo esto”.
Carter, originario de Nueva Brunswick, fue adoptado por una familia de Agincourt, Ontario, un pueblo agrícola que en poco tiempo se convirtió en un suburbio: parte del barrio de Scarborough, en Toronto.
Lea la historia completa en The New York Times