En Canadá, las intoxicaciones por cannabis aumentaron drásticamente entre las personas de 65 años o más después de que el país legalizara la droga, según un nuevo estudio.
A medida que más lugares legalizan la marihuana, los responsables políticos y los funcionarios de salud se han preocupado por los riesgos para la salud que la droga puede representar para los adolescentes. Pero un nuevo estudio sugiere que otro grupo demográfico está en riesgo: las personas mayores.
El estudio, publicado en mayo en JAMA Internal Medicine, encontró que después de que Canadá legalizara la marihuana, el número de visitas a la sala de emergencias por intoxicación por cannabis aumentó considerablemente entre las personas de 65 años o más. Los envenenamientos se duplicaron después de que Canadá legalizó la venta de la flor de cannabis, y luego se triplicaron apenas 15 meses después, cuando Canadá legalizó la venta de comestibles.
“A menudo es un producto horneado, un chocolate o una gomita”, dijo el Dr. Nathan Stall, geriatra del Hospital Mount Sinai e investigador del Women’s College Hospital de Toronto, y autor principal del estudio. El Dr. Stall señaló que los investigadores y los médicos de urgencias estaban descubriendo que las personas mayores consumían drogas intencionalmente, pero también a veces por accidente, cuando los comestibles se confundían con alimentos o refrigerios normales.
Los síntomas de la intoxicación por cannabis pueden incluir mareos, confusión, náuseas, pérdida de coordinación y equilibrio, somnolencia y alucinaciones.
“Los hallazgos fueron consistentes con otras investigaciones publicadas en los Estados Unidos”, dijo el Dr. Stall, “y mostraron que se necesitaba prestar más atención al uso de drogas entre las personas mayores y a los efectos sobre la salud”.
“Está un poco en la sombra, y hay cierta discriminación por edad y prejuicios al pensar que los adultos mayores no consumen drogas”, dijo el Dr. Stall.
El estudio analizó 2.322 visitas a la sala de emergencias por intoxicación por cannabis entre personas de 65 años o más en Ontario. Las visitas abarcaron desde 2015 hasta 2022, lo que permitió a los investigadores ver lo que sucedió antes y después de octubre de 2018, cuando Canadá legalizó la venta de cannabis seco, y enero de 2020, cuando se legalizó la venta de comestibles.
En 2015, hubo 55 visitas a urgencias provocadas por intoxicación por cannabis. Esa cifra aumentó constantemente a 462 en 2021, y luego cayó ligeramente a 404 en 2022.
El Dr. Stall dijo que se sintió motivado a realizar el estudio después de que lo llamaron a la sala de emergencias para consultar a un octogenario que estaba experimentando una confusión grave. El paciente estaba apenas consciente y mostraba síntomas parecidos a los de un derrame cerebral. Múltiples pruebas no revelaron una causa clara, hasta que el Dr. Stall ordenó una prueba de toxicología y encontró cannabis en la orina del paciente.
Cuando el Dr. Stall reveló el hallazgo, dijo, un familiar del paciente que estaba presente junto a la cama “se puso rojo como un tomate y se dio cuenta de que el adulto mayor se había metido en su producto comestible de cannabis y lo había confundido con comida”.
El Dr. Stall indicó que el paciente fue hospitalizado y recibió atención de apoyo, y que no existía un tratamiento o antídoto específico para tales intoxicaciones.
¿Por qué el aumento?
El estudio no analizó por qué las personas mayores sufrieron una sobredosis, pero el Dr. Stall dijo que él y otros médicos estaban viendo intoxicaciones causadas por la ingestión accidental, así como por el uso intencional de comestibles con fines recreativos o medicinales.
“Hay varias razones por las que las personas mayores podrían ser propensas a sufrir una sobredosis”, sostuvo el Dr. Stall. “Muchas variedades de cannabis son mucho más potentes que en décadas pasadas, y las personas mayores que consumieron la droga en una etapa más temprana de su vida pueden subestimar las concentraciones de THC que inhalan o ingieren. Particularmente con los comestibles, el efecto puede tardar unas tres horas en manifestarse, lo que podría llevar a los usuarios a ingerir demasiado mientras se acumula”, puntualizó el experto.
“Los adultos mayores también metabolizan el cannabis de manera diferente que los más jóvenes”, indicó el Dr. Stall, “y sus cuerpos eliminan la droga más lentamente. Las personas mayores también son más propensas que los más jóvenes a tomar otros medicamentos, incluidos fármacos psicoactivos para dormir, que pueden tener interacciones problemáticas con el cannabis (…) es posible que algunas personas mayores ya sean propensas a sufrir confusión o caídas, lo que el uso de cannabis podría empeorar”, explicó el Dr. Stall.
“La pregunta es ¿qué hacemos al respecto?”, se cuestionó el médico.
Qué se puede hacer
El Dr. Stall señaló la importancia de garantizar que los comestibles se mantuvieran en lugares cerrados con llave y en envases claramente identificados, para evitar la exposición involuntaria.
Además, explicó, “los formuladores de políticas deberían fomentar la información sobre las dosis de cannabis específicas para las personas mayores, junto con campañas de educación pública sobre los tipos de condiciones y circunstancias que ponen a los adultos mayores en riesgo al consumir la droga”. Añadió que las personas mayores que experimentan con cannabis por primera vez tal vez quieran inspirarse en un mantra utilizado en medicina geriátrica: “Empiece poco a poco y vaya despacio”.
“Eso significaría comenzar más abajo y avanzar más lentamente que una población más joven que prueba el cannabis por primera vez”, señaló el Dr. Stall.
Fuente: The New York Times.