Por Gerardo Ferro
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Del techo de La maison de la culture de Côte-des-Neiges se desprenden tejidos, membranas de mimbre, fique y lana. De los travesaños cuelgan redes como si fueran placentas, cestas que contienen la vida. Crisálidas, capullos protectores que envuelven semillas. Las semillas que contienen la vida, la vida que da origen a las especies. Si nos adentramos con atención en la sala de exposición, las preguntas empiezan a surgir. ¿Dónde está nuestra semilla? ¿Dónde la guardamos, qué capullo de protección y vida la envuelve? Les gardiennes des semences (Las guardianas de las semillas), la instalación que la artista chilena Sarabeth Triviño presenta en La maison de la culture de Côte-des-Neiges, parece proponer que, nuestra semilla, nace de una amalgama entre tierra, memoria, naturaleza y cosmos. Nace, o está contenida, en el corazón de nuestra abuela, por ejemplo, que es el corazón de la memoria de nuestros cuidadores y protectores. Como si el relato de la naturaleza protectora, se complementara con el relato de la protección gregaria del ser humano, que empieza en la semilla de un hogar. Esas membranas de fique y lana que cuelgan, inspiradas en las rukas Mapuches (casas rústicas, típicas de los pueblos originarios chilenos), son el techo de un hogar ancestral, el hogar de la memoria que nos alberga y protege. No en vano, una de las obras de Triviño, Le coeur de ma grand-mere (El corazón de mi abuela), representa un corazón humano hecho de lana roja y relleno de hierva; la abuela es también la naturaleza, y la naturaleza es, a su vez, la gran madre guardiana y protectora que florece en los corazones.
Memoria y naturaleza, pero también tierra y cosmos. ¿Acaso las rukas membranosas que cuelgan de los techos no son también raíces? La intervención de Triviño implica adentrarse en un lugar más allá del plano físico de la sala de exposición. Penetramos la tierra, nos internamos en sus profundidades, ingresamos en la semilla de su corazón. Ahí abajo, las ramificaciones de lana y fique de las rukas, los capullos de mimbre de las semillas, se transforman en raíces entrecruzadas, ramales de un micelio enorme que se extiende bajo tierra, en el centro de la memoria. Allí donde el corazón late. Y en la gruta, que antes era la sala de exposiciones, el espacio adquiere la dimensión de un círculo ritual más complejo. A cada lado, en las paredes, tejidos circulares hechos de canutillos de colores representan el cosmos y los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego, acompañan a kuyen (la luna Mapuche), en su cuidado de las semillas; y coronando el círculo, en el extremo superior de la gruta (de la sala), se levanta una efigie, figura chamánica vestida de raíces, a cuyos pies, cual ofrenda, Triviño ha ubicado las semillas que crecerán para poblar la tierra. Esta cosmogonía ancestral, esta suerte de rito que la artista chilena nos comparte, se completa gracias a la conjugación de otro elemento. Muy cerca de la efigie, un mapa de huellas colgado de una pared parece cerrar el círculo ritual. En Cartographie sur les traces des femmes (Cartografía sobre las huellas de las mujeres), los pasos de diferentes mujeres van dejando su rastro de canutillos e hilos sobre cuadrículas de fique. Como si el mapa de la obra estuviera dispuesto a seguir armándose con más huellas, más trazos, más cuadrículas sobre la tierra. Son los pasos sobre la tierra de quienes han sido guardianas y cuidadoras de las semillas: mujeres que han luchado por la dignidad de sus territorios, mujeres sobre cuya fuerza se apoyan sus comunidades, mujeres luchadoras, guardianas de una memoria ancestral, gestoras y custodias de la vida.
Saravet Triviño es una artista textil chilena radicada en Montreal desde el año 2007, donde se desempeña como artesana y artista visual. En 2017 obtuvo un diploma en artes visuales y mediáticas de la UQAM y actualmente cursa una maestría en artes en la Universidad Concordia. Sus obras han sido expuestas en varias galerías de Montreal, en el festival de Art Souterrain, también de Montreal, en el Museo Universitario del Chopo en Mexico, entre otras. Les gardiennes de semences estará en exposición en la sala principal de La maison de la culture de Côte-des-Neiges hasta el 10 de marzo, y luego en Sur Gallery (Toronto).
Aquí algunas imágenes de la muestra (fotos: María Paula Lonegro):
Gerardo Ferro Rojas (Colombia, 1979). Escritor y periodista, magister en Estudios Hispánicos de la Universidad de Montreal. Ha publicado los libros de cuentos Cadáveres Exquisitos (2003) y Antropofobia (2006), y las novelas Las Escribanas (2012), Cuadernos para hombres invisibles (2016), Nunca olvidamos nada, nena y la novela Todas las voces muertas (2022). Reside en Montreal desde 2012. Leer más artículos del autor.