Por Dino Rozenberg
Uno de los retos que tienen los migrantes latinos es el idioma. No solo el inglés y francés que les sirve para mantenerse en el trabajo, hacer las compras cotidianas y hasta explicarle sus penurias a la enfermera. Ese nivel confortable vaya y pase, se aprende y se memoriza, y aunque no siempre nos salga a la primera, acaba sirviendo. Con la práctica, llega el día en que alguien nos dice que hablamos bastante bien. Eso no quita que, cuando nos gana el entusiasmo, la sorpresa o el enojo, acabemos soltando una palabrota o una frase rápida en el idioma materno. Son esas expresiones profundas que solo resuenan entre quienes conocen el repertorio.
Sin embargo, el lenguaje que es más difícil de adquirir es el que sirve para las cosas personales, los sentimientos, los enojos y las pequeñas ternuras. Son esas palabras y expresiones con las que uno se comunica de manera íntima y personal. Quienes hablan español y se defienden con el inglés y el francés –se dice débrouille, es decir, “me las arreglo” –, saben de qué se trata cuando necesitan compartir un afecto, una simpatía o incluso una necesidad. Muchas de las palabras comunes en los tres idiomas significan más o menos lo mismo, pero no siempre nos suenan equivalentes. A veces hasta nos da pena decirlas en voz alta. Acostumbrados a usar “te quiero”, “te amo” y “te necesito”, decirlo en otros idiomas no nos parece igual o suficiente.
My love o mon amour
Aquí va un lío lingüístico a punto de estallar. El latino quería tener una charla con su vecino inglés, y el quebequense se unió a la conversación con su encanto característico. Un poco confundido preguntó: “Amigo, te tengo una pregunta. Tú dices ‘love’ para expresar amor, ¿verdad?”. El anglo asintió, “Sí, exactamente. ‘Love’ es una palabra poderosa que usamos para describir un sentimiento profundo y apasionado.”
Nuestro paisano frunció el ceño y continuó, “Pero nosotros también usamos ‘querer,’ que es como ‘love’, pero un poco menos intenso. No tan… explosivo.” El inglés suspiró. “Entiendo; ‘love’ puede ser un poco abrumador. Pero, ¿sabes qué? También tenemos ‘like’, que es más como ese ‘me gusta’ en tu idioma.”
El que hablaba francés y había estado escuchando con interés, intervino: “Exacto, en francés decimos ‘je t’aime’ para decir ‘te quiero,’ pero también lo usamos cuando algo nos gusta. ‘J’aime le vin’. Es un matiz algo sutil, ¿no creen?”
El hispano asintió y agregó, “Nosotros podemos decir ‘te necesito’ cuando alguien es realmente importante en nuestras vidas. ¿Cómo lo dirías en inglés?” “En inglés, decimos ‘I need you’ cuando alguien es esencial para nosotros, cuando su presencia es como el aire que respiramos.” Estuvo poético. El francés sonrió y dijo, “Aquí decimos ‘j’ai besoin de toi,’ que es similar. Es como decir ‘te necesito’ y ‘te quiero’ al mismo tiempo.”
Todo se entiende
Los tres personajes se miraron y sonrieron, comprendiendo que el amor, el cariño y la necesidad pueden expresarse de muchas maneras y en diferentes idiomas, y que son sentimientos universales que unen a las personas en un lazo especial.
La enseñanza es que todos debemos tener a la mano las palabras que sabemos y aprendemos, y usarlas sin pena cuando sea la ocasión. Puede ser que a un latino enamorado le cueste decir “I love you” o “Je t’aime”, pero hay que hacerlo sin pena. Quien escuche esas pocas palabras sabrá de qué se trata aunque el acento no sea como en las películas.
Y si un día las cosas no salen como uno esperaba, y se vuelven dramáticas, habrá que aprender otras palabras y otros sentimientos. Una opción es escuchar la canción “Ne me quitte pas”, que está en YouTube y Spotify. No hace falta mucho para entenderla. La escribió Jacques Brel después de separarse de su pareja y es intensa como un tango, un bolero o un corrido. De esas que duelen.