Por Dino Rozenberg
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El fuego y los incendios son cosa seria, y por eso los bomberos tienen un papel esencial en los servicios de protección civil. Aunque están bien preparados y equipados, muchas veces tienen que arriesgarse y comportarse como héroes. Por eso es que en Montreal y donde vayan, son respetados y admirados. Y hasta se lucen guapos en los calendarios.
En las grandes ciudades funcionan diferentes servicios públicos, pero pocos son tan visibles y respetados, incluso festejados, como los bomberos, hombres y mujeres, que también se han incorporado a las brigadas. En Estados Unidos y Canadá son una presencia constante y cada día se los puede ver abriéndose camino con sus camiones rojos y sus estruendosas cornetas.
Hay buenas razones para esto: en Canadá los incendios son críticos porque la mayoría de las construcciones están hechas de madera y otros materiales flamables. A pesar de recibir tratamientos retardantes, una vez que el fuego alcanza cierto desarrollo puede acabar con el edificio e incluso extenderse a otros vecinos. También explica los detectores de humo en las cocinas y espacios públicos, las tomas de agua o hidrantes en las calles y hasta las escaleras de emergencia en los callejones. Todo eso es poco frecuente en América Latina, donde los edificios son de ladrillo, hierro y cemento, y pueden contener el fuego sin propagarse. En todos los países han accidentes, derrumbes e inundaciones, pero en Canadá el fuego es una cosa seria.
Según cuenta la historia, el primer incendio en forma afectó las construcciones que los colonos franceses instalaron en 1651 en el actual Pointe-à-Callière, y fue provocado por guerreros iroqueses. Desde entonces se tienen registrados muchos incendios urbanos, y uno de los mayores ocurrió en julio de 1852, cuando el fuego arrasó 1150 edificios, desapareció barrios enteros y dejó en la calle a miles de personas. El nombre de bomberos o pompiers (firemen o firefighters en inglés), se explica porque una parte importante de su equipo son las bombas con las que impulsan el agua para combatir las llamas.
Desde aquellos tiempos existen los cuerpos de bomberos municipales, primero voluntarios y luego profesionales, que ahora forman parte de los sistemas de seguridad y protección civil y ambiental. Entre los bomberos existen grados y especialidades, y reciben entrenamiento y capacitación constantes. Aunque han realizado acciones heroicas que pueden costarles la vida, existen normas y procedimientos para enfrentar las situaciones sin exponerse de manera innecesaria. De todas maneras están preparados para enfrentarse a situaciones nuevas.
No sólo incendios
Los “tragahumos”, como se los llama afectuosamente en México, no solo apagan incendios. Atienden percances laborales y de tránsito, inundaciones y catástrofes naturales, derrumbes, derrames de químicos y combustibles, etc. Donde ocurre algo inesperado que pone en riesgo la vida o el patrimonio de las personas, ahí estarán los bomberos. Muchos están capacitados para atender urgencias médicas como infartos, intoxicaciones, caídas o problemas de salud, y trabajan en coordinación con los paramédicos, que prestan servicios más especializados y realizan los traslados.
En Montreal existen 66 casernas o cuarteles de bomberos (casernes en francés). Algunas son de construcción reciente y funcional, y otras están alojadas en edificios históricos, con torres y arcos clásicos, como la que está en la esquina de Laurier y St Laurent. Como comparación, el Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México cuenta con 21 cuarteles para atender una población y superficies mucho mayores.
Una profesión para valientes
Los bomberos utilizan un complejo equipo: su típico traje negro y amarillo, casco, tanque de oxígeno, guantes y botas, así como pesadas herramientas para abrirse camino o rescatar personas atrapadas. En tiempos recientes han incorporado vehículos de control remoto para operaciones peligrosas, y hasta drones que sobrevuelan las escenas para ofrecer mejores datos. Utilizan varios tipos de camiones, según las necesidades; pueden llevar agua o químicos, mangueras, bombas, escaleras telescópicas o herramientas para rescatar pasajeros de automóviles chocados. Existen bomberos en puertos y aeropuertos, parques industriales e instalaciones petroleras y de alto riesgo ambiental. Aunque parezca un detalle, las sirenas y bocinas han debido aumentar su volumen porque más personas utilizan audífonos o viajan en vehículos cerrados y no perciben la cercanía de los camiones.
Los bomberos montrealeses trabajan al servicio del gobierno de la ciudad y desarrollan una carrera profesional en condiciones competitivas. Los salarios anuales van desde 45,000 CAD para los elementos de reciente ingreso hasta más de 100,000 CAD para un capitán; además, gozan de diversas prestaciones y ventajas laborales. La situación es similar en todo Quebec.
En varias municipalidades de la provincia, como ocurre también en América Latina, existen los cuerpos de bomberos voluntarios, que a veces reciben una ayuda económica. Tienen una capacitación básica para atender poblaciones que no cuentan con un plantel profesional. Trabajan o estudian como cualquier vecino, pero cuando ocurre una urgencia son alertados, dejan lo que están haciendo y se reportan al cuartel. Bomberos de este tipo fueron llamados hace pocas semanas cuando los incendios destruyeron miles de hectáreas de bosques. En esta ocasión fueron invitados bomberos forestales de varios países, incluyendo un centenar de mexicanos que fueron desplegados en la Columbia Británica.
Quizá es este duro trabajo el que hace que la mayoría de los bomberos sean hombres y mujeres atléticos y de fuerte contextura. Algunos, claro, se han convertido en modelos de guapura, y hasta aparecen en videos, posters y calendarios. Es el precio de la fama.
Ville de Montréal:
Service de sécurité incendie de Montréal (SIM) : https://ville.montreal.qc.ca/sim/
Centre de sécurité civil : https://ville.montreal.qc.ca/sim/centre-de-securite-civile-de-montreal
Asociación de bomberos de Montreal : https://www.adpm.qc.ca/
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