¿Dónde está, por dónde queda? Eso está…

Por Enrique Pato, profesor de la Universidad de Montreal

¿Ha podido completar el título de esta nota? Le ayudo un poco: Eso está donde Cristo perdió la gorra (es decir, ‘muy lejos’). A lo largo de estas líneas veremos otras expresiones similares en español actual.

Las expresiones idiomáticas (también llamadas secuencias formulaicas y enunciados fraseológicos) son propias pero no exclusivas del lenguaje coloquial, y aunque son especiales a cada lengua, algunas de ellas son compartidas culturalmente por diversos pueblos, de manera total o parcial. Un ejemplo de ello es cuando decimos que alguien es un pez gordo: pezzo grosso (en italiano), a fat cat (en inglés), raposa (en portugués), Bonze (en alemán) o huile, gros bonnet, gros bras (en francés), entre otros muchos casos.

Cuando empleamos el término idiomático hacemos referencia a una expresión (combinación de palabras) que tiene un significado que no se puede deducir de la suma de sus elementos, es decir, tiene un uso particular, como en ser + un pez + gordo (‘persona de mucha importancia o muy acaudalada’, Diccionario de la lengua española). Para poder interpretar ese valor figurado o metafórico es fundamental el contexto y el mundo compartido, aunque no solo.

En esta ocasión me detendré en un ejemplo concreto de expresión idiomática: ¿cómo dice usted cuando algo o alguien está lejos o muy lejos? “Eso está en…”. Para ello, puede emplear diversos parámetros culturales, ya sean geográficos (Sebastopol, Cuenca), naturales (pino, loma), religiosos (Cristo, diablo) o sexuales (coño, verga), entre otros. La variación geográfica que se puede registrar en español es inmensa, por lo que solo reflejaré algunas de las expresiones más empleadas. Esto significa que muchas de ellas se usan con frecuencia alta en todas las variedades, pero otras, en cambio, son propias de un país o de un área particular del mundo hispánico, o incluso de un registro dado (vulgar, juvenil).

En relación a los nombres geográficos concretos, sean reales (basados en sucesos históricos) o ficticios (generalmente literarios), a la hora de dar a entender un lugar remoto o impreciso tenemos las siguientes expresiones:

1. Está en Sebastopol. Ciudad de Crimea fundada en 1783. Hay una cita atribuida al general francés Patrice de MacMahon en el sitio de Sebastopol durante la guerra de Crimea que dice “Aquí estoy y aquí me quedo” (J’y suis, j’y reste).

2. Está en Pernambuco. Estado de Brasil. El topónimo se registra en documentos castellanos desde, al menos, 1527.

3. Está en la Conchinchina. De Cochinchina (del francés Cochinchine), región de Vietnam. Se documenta en textos castellanos desde 1601.

4. Está en las Quimbambas / Chimbambas / Quimbámbaras / Quimbámbulas. Topónimos de Cuba, que tendrían un origen africano (Kimbamba, Quimbunga, en Angola y Tanzania).

5. Está en Cuenca. Provincia y ciudad de España (conquistada en 1177), y ciudad de Ecuador (fundada en 1557).

6. Está en Beluchistán / Balochistán. Región de Pakistán. Aparece en la serie de historietas de humor Mortadelo y Filemón, de Francisco Ibáñez (1958).

7. Está en Tegucigalpa. Capital de Honduras, fundada en 1578 sobre el sitio de Taguzgalpa. También figura en el cómic Mortadelo y Filemón.

8. Está en Narnia. Lugar ficticio y mágico de la serie de novelas Las crónicas de Narnia (The Chronicles of Narnia) de C. S. Lewis, publicadas entre 1950 y 1956, y adaptadas al cine. Se emplea también con el sentido de ‘estar distraído, no enterarse de lo que ocurre a su alrededor’, como estar en Babia.

La mención a un lugar lejano se lleva a cabo también mediante ciertos términos relacionados con una cantidad (especialmente el numeral quinto/quinta) y sustantivos que designan fenómenos atmosféricos (como viento, aire) y el relieve (cresta).

9. Está en el quinto pino. Juan Ramón Jiménez hace referencia a esta expresión en su obra. Volveremos sobre ella más abajo.

10. Está en el quinto coño / el quinto carajo / el quinto nabo / el quinto pedo / el quinto infierno / por los quintos apurados. Con nombres masculinos.

11. Está en la quinta puñeta / la quinta verga / la quinta porra / la quinta mierda. Con femeninos.

12. Está donde el viento da la vuelta / donde se devuelve el viento. Como es sabido, la presión del aire y la temperatura atmosférica crean el viento, que se mueve de lugares de bajas presiones a otros de altas presiones.

13. Allá por donde el aire da la vuelta. Variante del anterior.

14. Allá por donde dice «fin». En los confines de la Tierra.

15. Está en la cresta de la loma. Es decir, en la cumbre de algo que está alto.

Asimismo, se puede hacer mención a un lugar desconocido relacionándolo con la religión católica, especialmente con la figura de Cristo (Jesús), el diablo y Judas. En ese lugar se ha perdido un objeto. Este uso metafórico tendría su base en los viajes de ida y vuelta de Jesús por Judea, pero en ninguna parte de la Biblia se hace mención a la pérdida de algo, sino a una de las tribus de Israel (la de Dan, que no figura en la lista del Apocalipsis 7:1-8). En todos los ejemplos que veremos a continuación los lugares son indeterminados y lejanos; algunas expresiones son coloquiales y otras vulgares. Además, en algunas variedades se emplean otros nombres propios, no relacionados ya con la religión, como Tarzán, Quijote, y similares. Estos hechos muestran la recursividad y rentabilidad comunicativa que tienen estas expresiones, así como el poder de creación continua de los hablantes, ya que, aunque muestran idiomaticidad, pueden ser rellenados con otra palabra.

16. Está donde Cristo dio las tres voces (y no le oyeron). Estaría relacionada con el episodio de la Biblia en el que se describe cómo Jesús es puesto a prueba y tentado tres veces por el demonio (Mateo 4:1-11, Marcos 1:12-13). Se documenta en varias obras literarias, como por ejemplo en la novela Fortunata y Jacinta (1887) de Benito Pérez Galdós.

17. Está donde Cristo perdió la gorra / el gorro / el sombrero / la boina. Con nombres de prendas para cubrir la cabeza.

18. Está donde Cristo perdió la chancla / la sandalia / la zapatilla / la alpargata / el zapato / el huarache. Con nombres de calzados.

19. Está donde Cristo perdió el mechero / el bolígrafo / las llaves / las pistolas / el guitarrón / el móvil / la escuadra y el cartabón. Son todos nombres que designan instrumentos y utensilios.

20. Está donde Cristo perdió la bufanda / la ruana / el chaleco. Con nombres de prendas de vestir. Una versión del último aparece en Tres tristes tigres (1964) de Guillermo Cabrea Infante.

21. Está donde Cristo perdió los clavos / el nombre / el flequillo / la verruga. Con características físicas e identidades de la persona de Jesús.

22. Está donde Cristo perdió el burro / la moto. Con medios de transporte.

23. Está donde Cristo tiró el garrote. En relación al bastón o bordón de Jesús (Mateo 10:10, Lucas 9:3).

24. Está donde no llega ni Cristo. Para los católicos Dios está en todas partes.

25. Está donde el diablo perdió el poncho. Aparece en las memorias Confieso que he vivido (1974) de Pablo Neruda.

26. Está donde el diablo perdió los pantalones / los calzones / las botas / los cuernos / la cola / el rabo / los cojones / la vergüenza. Con prendas de vestir y características físicas.

27. Está donde Judas perdió las botas / el calcetín. De nuevo, con prendas de vestir.

28. Está en ca(sa) Dios. Es decir, en la puerta del cielo (Génesis 28:17).

29. Queda en cas(a) del diablo. Variante ‘negativa’ del anterior: el infierno.

30. Está donde el diablo dejó el nido. En el sentido de ‘casa’.

31. Está donde se perdió Tarzán / el Quijote. El primero en relación a la historia del personaje John Clayton III, alias Tarzán (‘piel blanca’), protagonista del cómic Tarzán de los monos (Tarzan of the Apes) escrito por Edgar Rice Burroughs en 1912, quien estaba perdido en la selva. El segundo es don Quijote de la Mancha, el personaje más importante de toda la literatura española, protagonista de la novela de Miguel de Cervantes (publicada en 1605 y 1615), quien pierde el juicio en el Campo de Montiel (la Mancha).

Por último, el lugar mencionado puede estar en relación con alguna práctica sexual (penetración anal o vaginal), con alguno de los órganos sexuales (culo, orto, verga, carajo) o el excremento (mierda, ñoña). Para entender la metáfora de estas expresiones se puede pensar que el sexo se solía practicar en lugares apartados del público general, escondidos o lejos de la ciudad (como sucede hoy día en muchas partes del mundo, donde los clubes nocturnos –de alterne, night-club o puticlubs– se sitúan en las carreteras o en las afueras de los pueblos). Estos casos son vulgares, dependen del registro y no todos los hablantes los emplean.

32. Está a tomar por culo. Como es sabido esta práctica se remonta a la antigüedad.

33. Está en el culo del mundo. Aparece como locución en el Diccionario de la lengua española.

34. Irse a la loma del orto.

35. Está hasta la verga.

36. Está por el carajo / por el carajo viejo.

37. Está en casa del carajo.

38. Está en casa de la chingada.

39. Queda hasta la chingada.

40. Irse a la mierda / a la ñoña.

Tras esta breve relación, lo primero que hay que indicar es que el significado de todas las palabras en estas expresiones no está claro para todos los hablantes nativos de español. Lo que sí es deducible es su sentido unitario, esto es, como bloque léxico independiente. De ahí que en una expresión como, por ejemplo, donde Cristo perdió la ruana, probablemente usted no sepa qué significa ruana (‘manta raída’) pero, por el contexto, entiende que el conjunto de esos cinco elementos, que los reconoce y sabe interpretar de manera correcta, vale por ‘muy lejos’.

El modo en que aprendemos, almacenamos y memorizamos el léxico de una lengua es un asunto poco conocido todavía. Los trabajos más recientes, dentro del marco teórico formalista-generativista, señalan que el léxico (o lexicón mental) –la información que tenemos en nuestra mente-cerebro relativa a la forma y el significado de las palabras que hemos aprendido y memorizado– es uno, pero tendría “compartimentos” y cada entrada léxica tomaría un significado según el contexto en el que aparece. Esto es posible porque nuestro cerebro puede establecer una serie de mecanismos y asociaciones entre la forma de una palabra (su sonido y ortografía), su semántica (significado y connotación), el valor (socio)lingüístico que tiene (como tipo de palabra, registro y variedad en que aparece) e incluso un valor emocional (según la experiencia personal y las memorias).

En cuanto a su desarrollo histórico, puede que la combinación Estar en el quinto pino sea una de las primeras expresiones idiomáticas empleadas (al menos en la variedad europea). El nombre pino aparece en el Diccionario de la lengua española como coloquial. Se ha pensado que su origen estaría en el Madrid del siglo XVIII, cuando se plantaron desde el Paseo del Prado y a lo largo de varios kilómetros cinco pinos. El último (el quinto pino) estaba ya a las afueras de la ciudad y allí se daban cita los enamorados. Leyenda o realidad, estar en el quinto pino no se documenta en textos literarios de la época, por lo que todo indica que es un uso propio de la lengua oral, transmitido de generación en generación.

Desde hace unos años, y por influencia del cine, cuando algo está (muy) lejos y es hostil o inhóspito en el habla de los jóvenes se documenta estar en Mordor. Mordor (cuyo significado es ‘tierra negra’) es una región geográfica volcánica ficticia que aparece en la novela (y después adaptación cinematográfica) El señor de los anillos de J. R. R. Tolkien, publicada en 1954. Los adeptos a esta saga saben que en Mordor se forjó el anillo único. En los siguientes ejemplos podemos comprobar este uso juvenil:

41. Se duerme mal, se pasa hambre y está en Mordor. Una tomadura de pelo.

42. El iPhone SE no está en Mordor, ya es casi una realidad.

43. Decir que tienes novia y que está en mordor no tiene precio.

44. Cortadura [Cádiz] tiene también muy buena playa, donde también se surfea, pero está en Mordor respecto a todo lo demás.

Llegamos al final. El objetivo principal de esta nota ha sido dar a conocer una breve muestra de la variedad de expresiones con las que contamos en la lengua española para hacer referencia a un ‘lugar (muy) lejano o incógnito’, y recordarles que el lenguaje idiomático es muy frecuente en nuestra comunicación diaria –todos fusionamos secuencias de palabras para conformar ideas completas con un fin comunicativo descriptivo y para agilizar el discurso– por lo que resulta necesario incluirlas en la enseñanza de la lengua, materna y extranjera, siempre de manera contextualizada.

A este respecto, no hay que olvidar que los mecanismos de aprendizaje y de adquisición de una lengua segunda (L2) no son del todo iguales a los de la lengua materna (o L1), ya que en el primer caso hay una asociación entre el léxico de la L2 y su traducción a la L1 (o activación paralela). En cualquier caso, se deben estudiar en relación a la memoria explícita, es decir en relación al conocimiento verbalizado y la conexión forma-significado, ya que se memorizan en bloque, y en ocasiones es necesaria la psicología cultural, para poder interpretar hechos y acontecimientos alejados del propio entorno y herencia cultural del estudiante, y para ayudarles a convertir el significado literal en significado figurado.

Si conoce otras expresiones idiomáticas relacionadas con las que aquí hemos visto, por favor, no dude en compartirlas con nostros en los comentarios. Gracias.


Enrique Pato es doctor en Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid. Sus campos de investigación se centran en la gramática, con especial atención a la sintaxis, y en la dialectología y la variación, tanto histórica como actual. Investigador principal de varios proyectos, Corpus de la sintaxis dialectal del español peninsular (FQRSC), Sintaxis dialectal del español (CRSH), El español en Montreal y COLEM (Corpus oral de la lengua española en Montreal), ha coeditado varios volúmenes colectivos y actas de congresos y tiene publicados más de un centenar de artículos en revistas nacionales e internacionales. En la actualidad es professeur titulaire en la Universidad de Montreal. Leer más artículos del autor.