Se acaba de estrenar Les oiseaux ivres [Las aves embriagadas], una película que se acerca a la situación de los trabajadores agrícolas inmigrantes en Canadá, y cuya trama central es la historia de un hombre que se vuelve uno de ellos para encontrar a su amada. De eso conversamos con el director de la película, Ivan Grbovic, y con el actor principal, el mexicano Jorge Antonio Guerrero, que nos hablan también sobre el rodaje de esta cinta que representará al país en los Premios Oscar.
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Por César Salvatierra
En la noche de la première del filme Les oiseaux ivres [Las aves embriagadas], una de las personas del público pidió la palabra y habló abiertamente sobre los abusos a los que son sometidos los trabajadores agrícolas temporales.
Un día después, en conversación con Hispanophone, el cineasta Ivan Grbovic nos dice: “Lo que denunció ayer aquella dama, para mí, tiene absoluta razón. Es muy importante que se abra el debate en Quebec y en todo Canadá sobre la condición de trabajo de los agricultores temporales e inmigrantes. Si uno trabaja 10 meses en paralelo en Quebec, uno debería ser tratado como a un quebequense. Pero esta es mi opinión, entre otras tantas voces”.
Esa coyuntura inmigratoria fue el germen de la película. “Hace 15 años, conduciendo mi auto a las afueras Montreal, vi a los trabajadores mexicanos esperando en las puertas de un banco, ahí nació la idea”, recuerda el director Ivan Grbovic al otro lado del teléfono.
El filme Les oiseaux ivres narra la historia de Willy, un joven mexicano que, siguiendo las pistas para encontrar a su amante, arribará hasta Montreal como trabajador agrícola temporal. En su travesía, junto a otros compatriotas, obligados a emplearse por motivos económicos, compartirán juntos las jornadas laborales, el compañerismo, pero no el gran motivo del viaje de Willy: encontrar a su amada.
La película despierta empatía por Willy y los trabajadores agrícolas. Los paisajes y el entorno fílmico podrían enviarnos entrelíneas un mensaje sutil: denunciar las condiciones de trabajo que soportan hoy muchos jornaleros del campo.
Pero el propio director sostiene que su película no es un documental. “Invito a todos a que se informen aún más sobre este tema. Yo tengo un punto de vista, pero este no es más que uno entre tantos otros sobre el problema. Este filme no es el punto de vista hacia esa realidad; es un cuento, una fábula sobre un hombre en busca de una mujer y para encontrarla se vuelve trabajador agrícola temporal”, explica Grbovic acerca de la película que se estrenó hace unas semanas en el marco del Festival du Nouveau Cinéma de Montréal.
Por su parte, el actor principal, el mexicano Jorge Antonio Guerrero (actor en Roma, de Enrique Cuarón; y Luis Miguel: la serie), es consciente que si bien la cinta es lo que es: una ficción; también nos acerca a la realidad de sus compatriotas a través de su memoria:
“Sabes, yo nací en un barrio bravo, soy el menor de mis hermanos y eso contribuyó, gracias a su protección, a que no presenciara, digamos, la marginación, por decirlo de alguna manera” – recuerda Jorge Antonio Guerrero. “Pero si uno viera una imagen como la de esos chicos [mis hermanos y yo] pensaría que no hay razón en dar la vida, creer que alguien está en esa condición y que no hay acceso a nada ni a la cultura. Pero ahora, con 28 años, recuerdo esa imagen, y me digo ¡yo era ese chico! viviendo en un proceso de crisis en 2004, cuando salíamos de trabajar cerca de una gasolinería, vendiendo arroz con leche, ¿cómo no conmoverse con esa imagen?, ¿cómo no hacer algo por ellos? Esa sensibilidad es lo que esta película aporta, con eso uno sale del cine”, concluye el actor que solo permaneció dos días en Montreal.
El rodaje
El cineasta Ivan Grbovic recuerda cómo seleccionó a Jorge Antonio Guerrero para el papel principal: “entre los 15 actores propuestos para el rol de Willy, Jorge fue quien más me marcó. Es auténtico. Es él mismo con una plena vocación poética, es un declamador urbano, era preciso para el rol”.
Sin embargo, el actor Jorge Antonio Guerrero desconocía la realidad de los trabajadores agrícolas temporales en Canadá.
A Grbovic le sorprende que muchos mexicanos no sepan de esto. “Yo diría que sería un punto de vista muy interesante para ellos [en México]. Cuando le mostré a Jorge el documental El contrato, las lágrimas le brotaban”.
Esta ha sido la primera vez que Jorge Antonio Guerrero participa en un filme fuera de México. Dice que al llegar a Montreal conoció a sus compañeros de rodaje. “El contexto donde ellos [los actores mexicanos] se movilizan me acercó aún más al personaje, a Willy, quien llega también desde lejos y busca algo diferente a lo que los demás aspiran bajo su condición de inmigrantes o de trabajadores temporales”.
Les oiseaux ivres es una producción canadiense con reparto hispanoamericano y quebequense, donde el español y el francés son los idiomas predominantes. Para Grbovic el lenguaje va más allá de las palabras: “están también las emociones, ¿verdad? Cuando alguien interpreta bien un rol, eso se siente. Uno de mis filmes se desarrolla en árabe (Romeo Onze, 2012), entonces es algo que me atrae mucho, el poner un idioma extranjero en mis películas. En mi opinión, el idioma no es nunca una barrera para comprendernos”.
Jorge Antonio Guerrero agrega: “yo me conecté con Ivan porque es un tipo de una vitalidad y genialidad increíbles. Entendí qué es lo que pedía, principalmente a través del trabajo con la cámara, otras veces resolviéndolo en el camino, y con la fuerza de ese espacio: la presencia de la naturaleza es importantísima, no hay que perderla de vista en el filme.”
En sus últimas horas en Montreal, al otro lado del teléfono, Jorge Antonio Guerrero nos cuenta que luego del rodaje estuvo seis meses fuera de México inmerso en otros proyectos. “Como sabes, el viaje transforma al individuo. Tenía muchas ganas de ver la película, y lo que vi ayer me conmovió. Quedé sorprendido con la realización en todos los sentidos, con la fotografía, con la dirección, es una película muy bella”, expresa el actor.
La narrativa visual de la película muestra una historia de amor, con pasajes de humor e indignación. Una serie de planos al alba y al ocaso enmarcan los campos de cultivo, los bosques e incluso la ciudad.
El amanecer se afianza como escenario. Ahí los personajes fluyen.
“El despunte del sol es fugaz. Como cineasta, lo considero un momento fijo en el espacio, donde juega mucho la intuición. De pronto, uno tiene la impresión de que todo es pasajero, que va a desaparecer y eso lo vuelve un instante fantástico, entre el sueño y la realidad”, finaliza el director.
Ficha técnica
Director: Ivan Grbovic.
Guión: Sara Mishara.
Reparto: Jorge Antonio Guerrero, Hélène Florent, Claude Legault, Marine Johnson, Maxime Dumontier, Amaryllis Tremblay, Karl Walcott, Yoshira Escárrega, Gilberto Barraza et Normand D’Amour.
Distribución: Les Filmes Opale
César Salvatierra es agente en temas interculturales y director de proyectos de la revista Hispanophone. Lea más artículos del autor. Contacto: revista@hispanophone.ca