Por Merling Sapene
Hace unos días participé como ponente en el Salón de l’Immigration, 2021, una reconocida feria anual de empleo realizada en el Palais des Congrès de Montréal, donde destacados profesionales inmigrantes ofrecen charlas y talleres, y, sobre todo, concurren empresas y organizaciones interesadas en los talentos foráneos escondidos como perlas bajo el mar. Pero esta vez la feria no fue tan concurrida como antaño pese a la calidad de su programación. ¿Qué pasó?
Coordinada por Immigrant Quebec, una prestigiosa organización que pone en valor el aporte de los inmigrantes e impulsa su integración laboral, la feria del empleo aumentaba sostenidamente su asistencia cada año. Todo marchaba sobre rieles hasta que llegó la pandemia, y con esta, la adaptación obligatoria a una “nueva normalidad”.
Por mucho tiempo, el Salón de l’Immigration, 2021 se había convertido en una cita habitual e ineludible de los inmigrantes que buscan su oportunidad en la metrópoli y en el resto de la provincia francófona de Canadá. Sin embargo, no cabe duda que los efectos de la pandemia hicieron mella.
Varios expositores me comentaron que la poca presencia física de gente se podía deber “al miedo a salir, a contagiarse”; “a la modalidad mixta, virtual y presencial”, “al requisito de la prueba de la vacuna para poder ingresar”. Pienso que se trató más bien de la sumatoria de diversas causas bajo el telón gris de la pandemia, inevitables ciertamente pese a los esfuerzos denodados y el profesionalismo del presidente de Inmigrant Québec, Jonathan Chodjaï, del director general, Christophe Berthet y del resto del equipo.
Yo misma acudí a la feria con entusiasmo por mi ponencia “10 buenas prácticas de integración en su nueva sociedad“, pero el trayecto hasta llegar al Salón de l’Immigration me pareció gris: estaciones del metro vacías, sin pasajeros, sin bullicio, con mascarillas.
Sin duda, para las ferias del empleo y sus organizadores la edición de este año ha sido un primer reto, un ensayo-error inevitable que dejará lecciones para las ediciones venideras.
No obstante, esta adaptación deberá ser acelerada porque la coyuntura lo exige: la demanda de mano de obra de Quebec aumenta por consecuencia de meses perdidos por la crisis sanitaria. Aún esperamos este año al menos 140.000 nuevos inmigrantes, y hay más de 34.000 puestos de trabajo vacantes en la provincia.
Estas cifras ponen sobre la mesa las numerosas oportunidades de trabajo para los inmigrantes. Las ferias de empleo ya corren en una adaptación que les represente cifras cercanas a las del pasado. Mientras tanto, un nuevo desafío aguarda a las autoridades en esta coyuntura: alinear las políticas inmigratorias, sus programas y su aplicación, de modo tal que un rebrote del virus no nos vuelva a coger con la guardia baja.
El Salón de la Inmigración continúa en su modalidad virtual.
Y los organizadores preparan ya su próximo evento, una cumbre de la inmigración este 19 de octubre (la información aquí).
Volveré en dos semanas.
Merling Sapene es experta en manejo de cambio, coaching y responsabilidad social corporativa. También es certificada gerente de proyectos de alto impacto social por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). ha creado el programa “Corazón Migrante” para que los inmigrantes del mundo no vivan las mismas dificultades emocionales que ella padeció, y generar un impacto positivo en su integración. Este proyecto les brindará estrategias para una integración eficaz y plena en su nueva sociedad. Venezolana de origen y fundadora de la organización MSTransition.