Corazón inmigrante: Un sueño que nos impulsa a alcanzar otro

Venezolana Adriana Mata, presidenta de Cuantix, una plataforma tecnológica para la medición del impacto social (foto: álbum personal).
Por Merling Sapene

Desde muy pequeña, Adriana Mata estuvo muy cerca de la ingeniería gracias a su padre. Él deseaba que una de sus hijas siguiera sus pasos. Un día su papá la invitó a ver la película “Apolo 11”, el viaje estadounidense a la luna en 1969, una travesía que puso a prueba la capacidad técnica del hombre. Luego de la función, Adriana dijo: “lo que quiero en la vida es resolver problemas, quiero ser ingeniera”.

Esa temprana decisión la impulso en una carrera ascendente y vertiginosa. A muy corta edad obtuvo cargos importantes en multinacionales. Pero la inestabilidad política de su país fue la roca en su camino. Los problemas de Venezuela inocularon en Adriana el síndrome de la frustración. Quejarse por todo se convirtió en un pasatiempo.

“Vivo quejándome, pero ¿qué estoy haciendo para cambiar lo que no me gusta?”, se preguntó un día de reflexión. La respuesta surgió inmediata: “nada, no estás haciendo nada, Adriana”.

Entonces decidió dejar su importante empleo como ingeniera para sumergirse en las organizaciones sin fines de lucro que ayudan a los más necesitados.

“Me decía: ¡no puede ser que esto exista!, que afortunada soy en poder tener un techo, comida y educación. Tengo que ser parte de la solución”, recuerda Adriana.

“¡Pero, hija, te vas a morir de hambre! ¡Cómo se te ocurre dejar tu empleo para trabajar para el prójimo?”, cuestionó su padre.

“Si no lo hago hoy, no lo voy a hacer nunca. Si me equivoco, este es el momento”, respondió Adriana con gratitud por todo lo que le dieron sus progenitores. “Quiero dedicar mi vida a solucionar problemas sociales”.

Esa decisión cambió radicalmente su destino.

Trabajar en el sector social no evitó que ella continuara perfeccionándose en su profesión. Culminó un MBA y se especializó en negocios sociales y comunitarios. Pronto notó que su labor carecía de un impacto medible y concreto. Para las ONG era arduo buscar financiamiento. Por eso con un amigo creó un método que mide el impacto social de los proyectos.

En el 2015, ya casada con dos hijos, se le presentó un dilema. Su proyecto necesitaba financiamiento, tuvo que aplicar a fondos internacionales. Se vio forzada a mudarse a Chile. Debía empezar desde abajo con un nuevo emprendimiento social que no le garantiza estabilidad.

Cierta soledad asomaba cada cierto tiempo. Buena parte de su familia se quedó en Venezuela, el resto inmigró a España.

Quizá lo que más me atrajo de la historia de Adriana no ha sido precisamente el hecho de cómo logró convertirse en presidenta de Cuantix, una plataforma tecnológica para la medición del impacto social, con presencia en 9 países. Podemos deducir que alcanzar sus metas siendo inmigrante le costó el doble, pero hay un importante trasfondo que la impulso, y sobre eso quisiera reflexionar hoy. ¿Qué mensaje me dejó la historia de Adriana Mata?

1. Hay que tener visión estratégica: desde que Adriana vio la película “Apolo 11” tuvo la convicción de lo que quería ser y siguió ese impulso, siempre atenta al medio ambiente y alineando su pasión con el hecho de “servir a los demás”.

2. Capacítate para superar nuevos retos: el estudio, la preparación y el trabajo con excelencia es importante para superar los retos que enfrentaremos.

3. Aprende de los errores, y no temer al ensayo-error. El método que creó con sus socios estuvo expuesto al fracaso todo el tiempo. Ese aprendizaje riesgoso fue crucial.

4. Trabajar en equipo: Cuando nace Cuantix, ella y sus socios – a pesar que cada uno emigra a países diferentes – se apoyaron en medio de la distancia. De hecho, este escenario maximizó sus oportunidades para expandir su negocio a nivel internacional.

5. Un gran compromiso. En palabras de Neil Armstrong, uno de los astronautas del “Apolo 11”, este fue “un proyecto en el que todos estaban interesados, involucrados y fascinados por el trabajo que estaban realizando”. Para Adriana, el compromiso y no dejar las cosas a medias ha sido su lema de vida.

Espero que esta historia te haya inspirado. Nos vemos en dos semanas.


Merling Sapene es experta en manejo de cambio, coaching y responsabilidad social corporativa. También es certificada gerente de proyectos de alto impacto social por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). ha creado el programa “Corazón Migrante” para que los inmigrantes del mundo no vivan las mismas dificultades emocionales que ella padeció, y generar un impacto positivo en su integración. Este proyecto les brindará estrategias para una integración eficaz y plena en su nueva sociedad. Venezolana de origen y fundadora de la organización MSTransition.