La hispanacanadiense Merling Sapene ha creado el programa “Corazón Migrante” para que los inmigrantes del mundo no vivan las mismas dificultades emocionales que ella padeció, y generar un impacto positivo en su integración. Este proyecto les brindará estrategias para una integración eficaz y plena en su nueva sociedad. Venezolana de origen y fundadora de la organización MSTransition, Sapene es experta en manejo de cambio, coaching y responsabilidad social corporativa. También es certificada gerente de proyectos de alto impacto social por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esta es su historia en Canadá, que contiene también los capítulos amargos que muchos hemos vivido.
Por Carlos Bracamonte
¿Algún día terminará está pesadilla? Muchas noches Merling Sapene se despertó bruscamente atormentada por la pregunta. ¿Cuándo acabará esta pesadilla? Su esposo, a su lado, también dormía intranquilo.
Habían pasado tres años desde que decidieron inmigrar a Canadá. Tuvieron el presentimiento temprano de que las cosas en su Venezuela natal empeorarían pronto, por eso, pese a la estabilidad económica de la que aún gozaban, lo dejaron todo e inmigraron a Quebec con sus dos menores hijos buscando la promesa segura de un futuro, el sueño que millones aspiran y no siempre encuentran.
Aunque estaban juntos en el lugar a donde habían decidido irse, Merling y su esposo vivían inquietos en su nuevo país. Había pasado un buen tiempo desde su llegada, pero la adaptación era mucho más ardua de lo que imaginaron. Una honda crisis emocional parecía carcomer las sólidas bases de su familia y su futuro.
En realidad su inmigración comenzó cuando la familia aún vivía en Venezuela, aunque ya con la decisión de irse del país cuanto antes. Merling Sapene aplicó a distancia a varios empleos en Canadá hasta que consiguió uno en Montreal. Con esa oportunidad en la bolsa, la familia inmigró.
— Yo no hablaba francés. No tenía ninguna calificación para obtener un empleo, pero lo conseguí en dos semanas. ¡Encontré un corazón que me dio la oportunidad! Lógicamente no pude alcanzar los objetivos de la empresa porque no hablaba bien el idioma. Recién cuando obtuve mi residencia, renuncié al trabajo, me enfoqué en estudiar el francés, y fue un proceso duro porque no conseguía otro empleo — recuerda Merling con la calma que brinda la distancia del tiempo.
Sentí “que no encajaba” y que “no pertenecía aquí”
Todavía con mucha incertidumbre, Merling Sapene se inscribió en una maestría de Manejo de Cambio, una especialidad que ayuda a las organizaciones y personas a implementar con éxito nuevos procesos y operaciones. Ella se movía en el tema como pez en el agua pues a eso se dedicó en Venezuela.
Entonces conoció gente de todas partes del mundo, se familiarizó con esas cultura ajenas, se fue integrando de a pocos, y en ese tránsito descubrió asuntos graves que ella no había advertido en su proceso de integración y que socavaban sus días.
— Los mismos inmigrantes que no habían logrado integrarse se encargaban de bombardear negativamente. Yo recibí mucho de esto por ser mujer. Me decían: “¡tú no vas a llegar arriba, tu acento te va a impedir tener éxito!”. Ese bombardeo llegaba del entorno — nos explica Merling Sapene esta mañana de febrero bajo el invierno montrealés.
Frases como “no puedes” o “nadie te entiende cuando hablas francés” amenazaron sus proyectos. Era una recurrente sensación que la angustiaba. Recibió muchas decepciones de gente que pensaba que era su amiga. Conseguía empleos temporales donde hacía propuestas que eran aceptadas y luego era excluida de los proyectos, a causa de su imperfecto dominio de la lengua. La gran confianza que tenía en ella misma se fue desvaneciendo como la nieve. ¿Qué es lo que quedaba de Merling?
— Me sentía rechazada, en momentos era solo percepción, otras veces era una realidad. Yo tenía un estilo que no cuadraba con la cultura, yo era muy extrovertida, sin embargo, la gente me percibía agresiva. Por eso tuve que trabajar en mí, y adaptar mi forma de liderazgo e interacción con la gente, sin dejar de ser yo. Todo esto me hizo llegar a la conclusión que uno se siente rechazado aun cuando no es rechazado — sostiene Merling Sapene, que es también comunicadora y experta en coaching y responsabilidad social corporativa.
Un corazón me tiende la mano
Merling Sapene confiesa que en sus primeros empleos no alcanzaba los resultados esperados y de cierta manera se sentía incompetente. No dominaba el francés, no comprendía la manera de hacer la cosas ni la cultura. Alguien pagó por esa incompetencia. ¿Por qué una profesional como ella, con su preparación, con su afán inicial, se cuestionaba tanto su desempeño y su proceso de integración en su nuevo país?
Surgieron en Merling preguntas existenciales, cargadas de frustración que la despertaban por las noches: ¿conozco y entiendo el proceso de mi integración en esta nueva realidad? ¿Es realmente coherente lo que estoy haciendo? ¿Me he preparado emocionalmente para esto? ¿Estoy realmente capacitada para este proceso de cambio que vivo? ¿Entiendo lo que me está pasando?
Ella interiorizó estos cuestionamientos que llevaron a su familia, en ocasiones, a considerar la posibilidad de volverse a Venezuela. No, volver no, ¡eso era imposible! Merling buscó ayuda, y se fortaleció emocional y mentalmente, de otro modo habría regresado a su país o, quién sabe, hasta su familia se hubiera desintegrado.
Tras tanta desilusión, miedo y otras vicisitudes, resulta difícil imaginar que la mujer con la que hoy conversamos en este café fuera alguna vez una inmigrante contrariada y sin confianza en ella misma durante cuatro años. Ahora sus palabras transmiten el soplo de una fuerza cálida, un logro interior vital que supera cualquier triunfo en su profesión.
— Diferentes personas me tendieron la mano. Los mentores que me ayudaron en este proceso me dieron claridad y orden, me proporcionaron el abecé que debía seguir… ¡Nunca lo podemos alcanzar solos!
Y pasó el tiempo y un día la llamaron de la empresa Bombardier para hacerle una entrevista de trabajo.
Uno de esos mentores había enviado el currículum vitae de Merling al vicepresidente de Recursos Humanos de dicha compañía, que es reconocida en el mundo entero por su producción de ferrocarriles y aviones. El mentor conocía al alto funcionario y le escuchó decir que buscaban a alguien que dirigiera el área de manejo de cambio. Entonces, se acordó de Merling.
— Las personas que me entrevistaron me dieron la oportunidad aun cuando yo no tenía la experiencia como directora, porque creyeron en el potencial que yo tenía. Fueron corazones que me dieron una oportunidad, y siempre les estaré agradecida — recuerda Merling
¿Golpe de suerte? ¿Plan del destino? Merling intuía que una puerta se abriría en algún momento y debía estar preparada para entrar.
Se trataba de un puesto arduo y complejo, con una alta rotación de líderes antes de su llegada y mucho por hacer e implementar. Merling fue directora de Manejo de Cambio de Bombardier Aerospace durante catorce años.
En esa etapa, obtuvo un certificado de responsabilidad social de empresas, y creó, lideró e implementó un proyecto apoyado por Aero Montreal y de alto impacto social llamado “Pasión por la aviación”, que hoy beneficia a casi 80.000 escolares de Quebec al año, para que no dejen la escuela y los motiva a aprender la ciencia y la tecnología aeronáutica.
— ¡Una prueba de que nosotros como inmigrantes somos una fuente de innovación, agregamos valor y podemos hacer la diferencia, cuando nos dan la oportunidad de crear y florecer! — indica Merling Sapene.
Lo que yo viví lo padecen muchos
Durante sus tres primeros años en Canadá, Merling y su esposo se cuestionaron si habían hecho bien en inmigrar. Luego de adaptarse a su nueva realidad y de trabajar con dedicación en sus emociones, se enfocó en su plan de acción profesional. Entonces los resultados surgieron, los reconocimientos llegaron.
En el 2017 fue considerada un ejemplo de integración en la sociedad canadiense al ganar el premio de “Lys de la Diversité du Québec”. Además enseña Manejo de Cambio en la Universidad McGill, y se ha convertido en una destacada mentora de emprendedores sociales en el programa Cooperathon, liderado por Desjardins.
En la actualidad es invitada frecuente en eventos sobre innovación, diversidad e inclusión en diferentes organismos locales e internacionales del sector público, del sector privado y de la sociedad civil. Piensa que parte de su misión en la vida es promover la integración y la inserción social de los inmigrantes alrededor del mundo.
Hasta que sintió la necesidad de ir más allá.
— ¡Mamá, voy a escribir un libro! Eso me dijo un día, y yo estaba convencida de que lo iba a hacer. Desde pequeña siempre estuvo inclinada a hacer las cosas, terminarlas y lograr lo que se proponía. Era muy inquieta, rebelde y enfocada —, recuerda la madre de Merling, la señora América, con una voz de abuela sonriente, conversadora y jovial al teléfono.
La señora América, que rompió paradigmas al trabajar durante 30 años en un banco venezolano, actualmente vive en Quebec y mantiene un desafío diario con la lengua francesa, un aprendizaje al que no piensa renunciar. Ella ha sido un pilar en los logros de su hija.
— ¿Y en la rebeldía, señora América, en eso su hija se parece a usted?
— Yo creo.
El libro lo culminó en seis meses y se titula Immigrant: A Bumpy or Smooth Road! [Inmigrante: cómo vencer las barreras en su proceso de integración].
Se trata en realidad de una guía de acompañamiento basada en la experiencia de vida de la autora. La publicación ofrece instrumentos e información claves para entender el impacto emocional de la inmigración. Además plantea estrategias para una integración más plena a la nueva realidad.
— El propósito de esta guía es que los inmigrantes como yo identifiquen tempranamente en qué etapa de la curva de cambio se encuentra. Me interesa ayudarlos a reconocer las emociones que los afligen y las barreras que deben superar. La idea es ofrecerles herramientas para una integración más efectiva y feliz. En la guía hallarán lineamientos para construir su propio plan de acción personal y conseguir una integración más óptima y real — nos explica Merling Sapene.
Un sueño se acerca a la realidad
Los más de 20 años de experiencia de Merling en manejo de cambio y en la integración de profesionales, procesos y tecnología los ha volcado en MSTransition, una organización dedicada a la integración y efectividad de personas, gestión de cambios y liderazgo.
Sin embargo, su sueño es digitalizar el contenido de su guía de acompañamiento al inmigrante y los talleres vivenciales que ha hecho durante muchos años, para ayudar a los inmigrantes del mundo a entender la importancia de su integración a su nuevo país, para que puedan identificar y vencer barreras
— ¡Para que logren manejar sus emociones hacia el logro de una integración más efectiva y feliz! — indica la autora.
Este proyecto dio sus primeros latidos en una conferencia en Naciones Unidas a donde fue invitada en diciembre de 2019. Ella moderó una mesa sobre la integración e inmigración de los latinoamericanos, donde se discutió y evidenció la crisis que vivimos.
El éxodo masivo de venezolanos en los últimos años huyendo de la persecución política y de la pobreza, cientos de ellos como nuevos refugiados en Canadá, ha sido un motivo adicional para concretar esta iniciativa.
Así nació “Corazón Migrante”, un proyecto que se encuentra en su fase piloto y que pone en práctica no solo la guía de inmigración creada por Merling Sapene, sino que buscará vincularse con otras organizaciones en diferentes partes del mundo para replicar el prototipo y las estrategias en cada persona que migra. El objetivo es lograr un “proceso de integración enriquecedora y feliz”, como ella le denomina.
Este programa cuenta hoy con un equipo y alianzas estratégicas globales, como Human Talent- Mexico; Cuantix-Chile; Ribeiro y asociados-España; SHE Hispanas Emprendedoras-Belgica; y Unidos en Red- Panamá; y cuenta con el apoyo de la organización “Inmigrante Feliz”- Chile, que lo está implementando en diez regiones de ese país y con miras a su expansión por toda América Latina.
En paralelo, otros pilotos satélites están en marcha en diferentes partes del mundo (Colombia, Venezuela, España y USA). En Montreal forman parte también del proyecto organizaciones como PMI-Montreal, Venezuelan Engagement Foundation, Vertical, CLICS y TalentActif.
— Hay que entender lo que están atravesando los inmigrantes emocionalmente. Determinar qué estrategias son las más pertinentes para ayudarlos en este proceso complejo. Por otra parte, los que ya transitamos por esto debemos tener un corazón agradecido, dar la mano a otros, porque alguien un día nos dio la oportunidad, y estamos aquí para dar y no para recibir — finaliza Merling.
El tiempo se ha vencido. Merling avanza muy rápido por el pasadizo rumbo al estacionamiento pues el derecho al parqueo de su auto culminó hace mucho. No vaya a ser que le pongan una multa… Muy tarde, la multa ya está ahí, leve al viento, bien agarrada del parabrisas para amargarte el día.
Merling mira la cifra de la multa y hace una mueca de contrariedad. Se despide con un beso. Sube al auto y hace adiós con la mano. Surge la sonrisa sincera del agradecimiento.
Cómo manejar tus emociones para lograr una integración efectiva y plena.
Algunos consejos de Merling Sapene para los nuevos inmigrantes
1. Tener la perseverancia para alcanzar tus metas. No podemos escapar del proceso, más corto o más largo, entender el proceso y determinar dónde estás. Hay que ser fuerte para llegar al final.
2. Cortar el cordón umbilical, ver al frente. Mi vida ya está aquí.
3. Nutrir tus relaciones en la gente. Ser agradecido con los que te dieron la mano.
4. Familiarizarte con la cultura.
5. Regresar a la escuela, estudiar en tu oficio, y mejorar el idioma. Y ser excelente en lo que tú haces. Los demás pueden dar testimonio del impacto que tú has tenido en sus vidas.
6. Determinar el proceso, qué está pasando y tener pasión y perseverancia, y ver qué está pasando en ese proceso.
7. Amar al país que te recibe.
Carlos Bracamonte es director de la revista Hispanophone de Canadá. Periodista, consultor en temas inmigratorios y comunitarios, especialista en comunicación, interculturalidad, gestión de proyectos y responsabilidad social empresarial. Lea más artículos del autor.