Presentamos algunas reflexiones del hispanocanadiense Manuel Morales, experto en inteligencia artificial, acerca de la gobernanza tecnológica en Canadá en la lucha contra la pandemia. Morales es profesor de la Universidad de Montreal.
Por Mathieu-Robert Sauvé (*) / Traducción de Carlos Bracamonte
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Health Canada lanzó la aplicación COVID Alert el 30 de julio, que alerta si alguien que ha conocido durante las últimas dos semanas ha dado positivo por coronavirus. Actualmente está limitado a Ontario, y se espera que pronto haga su debut en Quebec y el resto del país.
“Si una tecnología existente puede contribuir a la gestión del riesgo pandémico, tenemos la responsabilidad, como sociedad, de explorar su uso”, dice Manuel Morales, profesor del Departamento de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Montreal y especialista en inteligencia artificial (IA). Junto a quince investigadores europeos y norteamericanos (incluido otro representante de la UdeM, Bryn Williams-Jones, de la Escuela de Salud Pública), el investigador Manuel Morales, de origen mexicano y miembro del Observatorio Internacional sobre los impactos sociales de la inteligencia artificial y digital, participó en un ejercicio de reflexión sobre gobernanza lanzado por la Human Technology Foundation. Al final del trabajo que se prolongó durante varias semanas, el equipo interdisciplinario elaboró en mayo de 2020 un informe titulado “Gobernando la tecnología en tiempos de crisis“, que aspira ser una “ayuda en la toma de decisiones en el contexto de la COVID-19”.
Para los autores, que ofrecen recomendaciones en la implementación de un sistema de gobernanza eficaz para las soluciones de seguimiento digital relacionadas con COVID-19, es importante “pasar de un modo de gestión de desastres de salud a un proceso de gestión del riesgo a mediano plazo”. El estado tiene un papel esencial que desempeñar en el establecimiento del marco regulatorio dentro del cual se espera que se desarrollen las tecnologías.
Aceptabilidad social
Si bien estados como China y Corea del Sur no han tenido la misma sensibilidad que Occidente hacia las cuestiones éticas y el respeto a la privacidad al monitorear la evolución del contagio recurriendo a los dispositivos electrónicos personales, esta situación es diferente para los países cuyas leyes protegen la información personal. “En Canadá, Estados Unidos y Europa, se están alzando voces para proteger la privacidad de las personas. En mi opinión, tenemos los medios para respetar estos valores y limitar la propagación de la epidemia”, sostiene el profesor Morales.
Según él, ya existe una cultura y un marco regulatorio en el que las personas acuerdan compartir algunos de sus datos personales a cambio de un servicio o información. Por ejemplo, el historial de navegación, el uso de software de mapas en línea, los datos de geolocalización. El intercambio de información se realiza de forma regular en Internet. No hay razón para privarnos de información personal que pueda servir a la salud colectiva. “Las tecnologías y los protocolos hacen que el intercambio y el uso de esta información sean anónimos y seguros, al tiempo que permiten beneficios colectivos. Solo hay que estar atentos a los problemas y riesgos asociados con ellos, por supuesto ”, resume.
No se excluye que se puedan enviar recordatorios de las recomendaciones a seguir al teléfono de un usuario que, en los días previos y sin saberlo, haya estado en contacto con personas enfermas (“Cuidado”, “Lávate las manos”). Si ese usuario presenta síntomas como fiebre o tos, se enviarán mensajes más obligatorios (“Quédese en casa”); así, las recomendaciones se personalizarían y actualizarían periódicamente.
Matemáticas y modelado
Su experiencia en modelado matemático y estadístico le permitió al profesor Morales ser invitado a unirse al grupo de expertos de la Human Technology Foundation. Durante los últimos diez años, su trabajo se ha centrado en las aplicaciones de las matemáticas y la estadística en los sectores bancario y de seguros. Aplica métodos de aprendizaje automático e inteligencia artificial a la realidad del mundo financiero. Fue jefe científico del Banco Nacional de Canadá cuando la entidad realizó el cambio digital hacia la inteligencia artificial.
Su contribución en el informe elaborado se centró en la dimensión del modelado de datos matemáticos detrás de las aplicaciones de trazado digital. “Ha sido una gran experiencia reunir a personas de varios países en torno a este interés común destinado a establecer una estrategia de gobernanza proactiva. Creo que este ejercicio es una herramienta importante en la toma de decisiones en el contexto de una crisis de salud. Esto nos permite estar mejor preparados para enfrentar la nueva realidad donde la tecnología puede jugar un papel importante”.
(*) Este artículo fue publicado originalmente en francés en UdeMNouvelles – Université de Montréal y ha sido traducido al español y reproducido con la autorización del medio.