Tecnología digital, una clave post-Covid

(Imagen: france24.com).
Desde que el coronavirus se salió de control, en algunos países se crearon aplicaciones móviles que permiten recolectar datos de los usuarios para conocer sus movimientos, notificar sus síntomas y prever el alcance potencial de contagios. Ya hay un debate sobre el uso poco ético que le podrían dar las autoridades y los privados a la información ciudadana. Estas aplicaciones aún no se utilizan en Canadá (pero la opción existe). En esta columna, publicada en plena ola de la pandemia, Manuel Morales, experto en inteligencia artificial en Canadá, nos explica de manera concisa cómo funcionan estas herramientas digitales, sus verdaderos alcances y el papel de la tecnología.
Por Manuel Morales
(Director de FinML y profesor en la Université de Montreal)

La aparición del virus SARS-CoV-2, causante del Covid-19, en diciembre de 2019 en China, y su consecuente propagación, nos tiene inmersos en una pandemia mundial que ha transformado de forma inédita nuestras vidas. En todas las instituciones de gobierno, la urgencia inicial desde luego, se centró en controlar la propagación de la enfermedad y la crisis sanitaria que esto representa.

Es una realidad que hemos aprendido a conocer y que se mueve alrededor de cifras diarias de contagio y recomendaciones de gestión de riesgo individual y colectivo. A varios meses del inicio de la pandemia, cuando aún estamos en medio de esta crisis, la discusión empieza ahora a centrarse en cómo prepararemos el regreso a la normalidad, o más bien, a lo que tendrá que ser una nueva normalidad. La reactivación de las actividades económicas y sociales se realiza paulatinamente, pero la estrategia para la apertura empieza a discutirse.

En este contexto, la tecnología se vuelve un recurso importante en esta lucha, como lo podemos constatar en las estrategias de otros países que ya han pasado por lo peor de la crisis sanitaria y que planificaron la apertura. De hecho, una multitud de proyectos digitales se está desarrollando en todo el mundo para intentar encontrar soluciones digitales que ayuden a la apertura de las actividades económicas y sociales.

Una aplicación importante de la tecnología es conocer el historial de los contactos individuales de una persona por medio de objetos conectados como teléfonos y otros dispositivos móviles. En toda estrategia de gestión de riesgo pandémico, es crucial realizar un trabajo de seguimiento puntual para contener el contagio de una persona identificada como positivo Covid-19, a través del trabajo forense de rastrear su historial de contactos y aislar los vectores de contagio posible que resulten.

Pongamos un ejemplo: Si hoy tomara un café con un amigo y pasara una hora con él, ese contacto que tuvimos en tiempo y espacio se vuelve relevante dos semanas después, si, por ejemplo, yo fuera diagnosticado como positivo con Covid-19. Todo un protocolo se activaría en ese momento donde se buscaría ubicar a cada persona con la que yo hubiera podido entrar en contacto en las últimas dos semanas pues ellos son ahora un vector de contagio potencial. A su vez, cada persona con quien mi amigo convivió en su vida diaria después de nuestro encuentro se vuelve también relevante en la cadena de contagios que se forma a partir del momento y lugar en que nos cruzamos. Un porcentaje importante de la población lleva consigo algún dispositivo móvil con capacidades bluetooth, esa señal es emitida constantemente y puede ser recibida por todo dispositivo que se encuentre en un radio de 3 a 4 metros. La localización GPS de mis desplazamientos también es registrada en mi dispositivo inteligente. Una aplicación tecnológica que utilice esa información para automatizar el rastreo se vuelve entonces posible.

Las posibilidades de rastreo a partir de ahí son también infinitas y el potencial del uso de esta información en la planificación en tiempo real de la gestión de la pandemia es enorme. Este tipo de datos pueden alimentar una aplicación que alerte a cada usuario sobre su nivel de riesgo así como a las autoridades que podrían tener una mejor visibilidad en tiempo real de cómo nuevos vectores de contagio aparecen y evolucionan.


Esta columna fue publicada originalmente en el suplemento Mural, y es reproducida con la autorización del autor. 

Comentarios