Nunca es tarde para aprender francés

El alumno y la maestra: el señor Saadi y su tutora Melina Leclerc (foto: César Salvatierra).

Un programa de enseñanza de francés para pequeños empresarios, creado por la Chambre de Commerce du Montréal Métropolitain, despierta esperanzas en los difusores del idioma en Quebec.

Por César Salvatierra

A los 70 años de edad, el señor Saadi, un empresario egipcio radicado hace 30 años en Montreal, volteó a mirar su camino: cinco hijos profesionales, una estabilidad laboral, veinte años en el negocio del alquiler de inmuebles… A esas alturas de la vida, con casi todo resuelto, el señor Saadi quiso darle un nuevo aire a sus días: “Voy a aprender francés”.

En octubre del 2017, al oeste de Montreal, el señor Saadi (Abdul Khader El Saadi) estaba sentado en su oficina esperando una llamada. Sonó el teléfono. Al otro lado de la línea le habló Mélina Leclerc, una estudiante del bachillerato del programa de francés-segundo idioma, que coordinó con él la rutina de su nuevo curso. Desde entonces, el señor Saadi recibe clases de francés dos días a la semana por dos horas y en su propia oficina como parte del programa Jumelage linguistique commerçants-étudiants de la Chambre de Commerce du Montréal Métropolitain (CCMM) que lleva los cursos de francés a los inmigrantes directamente a sus negocios. Se trata de un proyecto desarrollado en tres distritos de Montreal.

Cinco meses después de su primera clase de francés, el señor Saadi se sentó con aplomo en su oficina y dijo en un francés exacto:

Je suis tres content de parler francais avec vous… Aquí he construido una familia y dado estudios a mis hijos e hijas gracias a mi negocio…

Una de ellas es diplomada de la Universidad de Montreal en farmacia; la otra es ingeniera de sistemas  de la Universidad de Concordia; uno es arquitecto y la menor acaba de graduarse como profesora en Boston.

─ Todos hablan inglés y francés ─ precisa el señor Saadi ─, yo antes me comunicaba sólo en inglés, ahora veo lo importante que es el francés para mí y mi negocio. Ya puedo hablar con el médico, con los mecánicos, con los empleados de servicio y esto es muy importante para mí porque descubro muchos acentos. Además ofrezco un mejor servicio a mis inquilinos. Me siento más cerca de ellos, ¡y practico con mis hijas!

─ Su progreso ha sido formidable, es un alumno con iniciativa. Es curioso e insistente cuando se trata de mejorar sobre todo su pronunciación ─  destaca su maestra Melina Leclerc, joven tutora originaria de Quebec que esperaba darle una vuelta de tuerca a su vida profesional hasta que se enteró de la existencia del proyecto Jummelage linguistique, basado en un acuerdo entre la Chambre de Commerce du Montréal Métropolitain y la Université de Montréal (UdeM). Entonces decidió ingresar al programa de enseñanza de francés-segundo idioma.

Afiche del programa en una avenida de Côte-des-Neiges

─ Este programa ofrece a estudiantes como Melina la oportunidad de formarse y ganar experiencia profesional. Asimismo, el proyecto está dirigido a comerciantes que no tienen el tiempo necesario para asistir a un curso diario de francés. Por ello adaptamos el método y la enseñanza de acuerdo a las necesidades inmediatas y particulares de cada comerciante ─ explica Guy Jobin, vicepresidente de Servicio a Empresas de la Chambre de commerce du Montréal Métropolitain.

─ Un punto fuerte de esta experiencia enseñando es la adaptabilidad ─  indica la tutora Melina Leclerc. Si el negocio del comerciante se basa en el despacho a los clientes, entonces la clase se encamina hacia el uso práctico del lenguaje para situaciones como los envíos, las cuentas, la interacción con el comprador, etc. Si es un comercio enfocado en el trato directo con el público, entonces nos centramos en el servicio a la clientela. Al aprender la lengua en su propio ambiente, el alumno-empresario desarrolla también un mayor sentimiento de empatía con el lenguaje.

El programa de Jummelage linguistique comenzó como un plan piloto en setiembre de 2016 con sólo 30 comerciantes del barrio de Côte-des-Neiges-Notre-Dame-de-Grâce, el más poblado de Montreal y uno de los más pluriculturales. Los primeros tutores fueron estudiantes de la Universidad de Montreal. Los logros hicieron que desde octubre de 2017 se iniciara la segunda etapa incluyendo a los distritos de Parc-Extension y Saint-Laurent. En la enseñanza se sumaron alumnos de las universidades McGill y Sherbrooke. En enero de 2018, el Ministère de la Culture et des Communications otorgó al proyecto $500 000 para su promoción.

Las buenas noticias sobre la implementación de este programa volaron hasta Francia:

─ Nos invitaron a presentar nuestro proyecto dentro del marco del Mes Internacional de la Francofonía en París. Otras ciudades y organismos extranjeros están al tanto de nuestros resultados y nos piden información sobre su funcionamiento, estamos en contacto con ellos ─ explica Guy Jobin, que es consciente también de la naturaleza experimental de este programa aún en crecimiento y en constante prueba ─  Si bien hemos alcanzado nuestros objetivos (120 comerciantes en marzo pasado), no solo esperamos que la cifra aumente, sino que los cursos puedan darse más horas y a lo largo del año para evitar una pausa prolongada del aprendizaje. Nuestro ideal es dar tres temporadas al año (tres meses por temporada). Hay que pensar que los estudiantes-tutores son remunerados y hay también que contar en sus horarios de cursos universitarios.

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En noviembre del 2017, la Vérificatrice Générale de Quebec entregó un reporte público sobre el programa de francisation en los últimos siete años. De acuerdo a su informe, el programa había fracasado:

Quebec ha subvencionado con 74 millones de dólares a los programas de enseñanza de francés entre el 2016 y el 2017. La taza de abandono progresivo es elevada: 18% entre 2012 y 2017, 31 % en los cursos de nivel avanzado en 2016-2017” (Huffingtonpost.ca 23/11/17).

En respuesta a este tropiezo, el entonces ministro de Inmigración y de la Diversidad, David Heurtel, propuso varias medidas de corrección entre las que destacaban: conocer en profundidad las necesidades de los inmigrantes en materia de francisation; un acompañamiento más eficaz a los estudiantes de francés lengua-segunda; y una evaluación constante del programa.

El reporte de la Vérificatrice Générale reflejaba también que los inmigrantes no aprendían bien el idioma francés debido a su repentina ausencia en las clases. Se deduce que los apuros económicos, entre otras causas, obligan a los inmigrantes a buscar trabajo pronto y en lo que sea.

Sin embargo, por sus primeros logros, el programa Jummelage linguistique de la CCMM parece ir a cortos pasos a contracorriente del informe de la Vérificatrice Générale. Aunque todavía se trata de un proyecto de menor escala y para pequeños empresarios, quizá marque una pauta en los planes del gobierno de la provincia: ¿cómo motivar a los inmigrantes a hablar francés en Quebec y demostrarles que es algo importante? Tal parece que para los inmigrantes nunca será tarde decidirse a aprenderlo: el señor Saadi se convenció a los 70 años de edad.


César Salvatierra: estudiante peruano de la sección de Estudios hispánicos en la Universidad de Montreal y presidente del Comité Latinoamericano de esa casa de estudios (CLAUM). Se ha especializado en la promoción de la cultura hispanoamericana en Montreal y Quebec. Es redactor y responsable de relaciones públicas de HispanophoneLea más artículos del autor.

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