Abusos y acosos contra mujeres inmigrantes vulnerables son enfrentados por la Asociación de Trabajadores y Trabajadoras de Agencia de Personal (ATTAP) con asesorías y representación legal.
Texto y foto de Sebastián Navarrete Aldana
Mucho antes de recibir ayuda legal, la señora Lorena (protegemos su identidad) había sufrido abusos laborales por parte de su empleador que, sospechando su vulnerable estatus inmigratorio, se aprovechó de ella sin remordimientos.
Lorena no habla bien ni el inglés ni el francés. Su situación inmigratoria aún no se solucionaba pero necesitaba trabajar. Supo de una agencia de empleos y aplicó. Lo que comenzó como una ilusión laboral terminó en pesadilla: le aumentaban las horas de trabajo sin consultarle y aunque ella se opusiera. También le daban cada vez más trabajos riesgosos y le pagaban menos. Entonces Lorena acudió por ayuda a la Asociación de Trabajadores y Trabajadoras de Agencia de Personal (ATTAP), un organismo fundado en el 2011 bajo la tutela del Centro de Trabajadores Inmigrantes (CTI) creado a su vez hace 20 años por trabajadoras domésticas de la comunidad filipina. Ahí la orientaron y defendieron.
La ATTAP se comunicó de inmediato con la Comisión de las Normas, Equidad, Salud y Seguridad de Trabajo (CNESST) que al principio rechazó la queja porque solicitaba el número de Seguridad Social de Lorena, conocido como el NAS. “Ustedes no deben pedírselo porque ustedes no son de inmigración”, les dijo a los funcionarios la hispana Viviana Medina, organizadora comunitaria de esta asociación creada para juntar y organizar a las y a los trabajadores más precarios: desde los empleados de las agencias hasta los extranjeros temporales con o sin estatus. “Nuestro centro acoge a todos los trabajadores que son los más vulnerados y los más explotados que tienen los trabajos más duros. Se les da el poder a través del conocimiento de sus derechos laborales. Cuando conoces tus derechos es más fácil valer tu voz ante el empleador y ante toda la explotación que se vive”, nos explica Medina.
Lorena le dio a la ATTAP un poder para que la representaran, por eso ella no necesitó comunicarse con la CNESST. Después de insistir mucho y de entregar todas las pruebas, la CNESST se dio cuenta de que sí hubo una irregularidad y se comunicó con el empleador que, finalmente, quiso llegar a un acuerdo antes de acudir al tribunal. Tras nueve meses de proceso, la negociación culminó y Lorena recibió el dinero que reclamaba.
“Esta mujer sí sufrió bastante – asegura Viviana Medina – pues el empleador la había seguido y amenazado en la calle, frente de una estación del metro. Le dijo que si no quitaba la queja, la iba a denunciar con los agentes de inmigración. Por miedo, durante esos nueve meses, la mujer se cambió de casa dos veces. Después de este caso decidimos proteger la identidad de cualquier persona que quiera denunciar un abuso”.
La CNESST ahora está aceptando más casos de personas sin papeles. Por eso la ATTAP recomienda que las personas anoten en una libreta el itinerario de lo que pasa en sus lugares de trabajo porque, entre más pruebas, mucho mejor: “Sí hay protección para los inmigrantes sin papeles”, asegura Viviana Medina.
Otra mujer que dio su testimonio sobre acoso fue Diana, que después de dar un valiente discurso en el Park Avenue Station, durante una marcha a principios de mayo, nos contó que uno de los acosos más usuales son los sutiles, los comentarios tipo “qué linda estás”, que incomodan a la mujer. “Eso es abuso por parte del patrón o jefe inmediato que se aprovechan de la condición de la mujer. Las mujeres que sufran de estos acosos deben reportarlo inmediatamente al sindicato de la empresa o ir el Centro de Trabajadores Inmigrantes (CTI), que también las puede ayudar”.
Para Vivian Medina, encontrar justicia para este tipo de casos no es fácil: “son puertas duras de abrir. No es un derecho que se les reconozca al inicio. Lo hacemos valer. Es cierto que la CNESST está más sensible al tema y a recibir las quejas, pero no tiene una postura oficial al respecto. Por eso la importancia de la gente sepa que tiene el derecho a hacer valer la normas laborales que están en la ley”.
En lo próximo, la ATTAP lanzará una campaña contra el acoso sexual laboral contra mujeres en Montreal. Pueden contactarse con la asociación en 4755 Van Horne, oficina #110, H3W 1H8, Metro Plamondon. Teléfono (514) 3422111 y correo electrónico: tawa.mtl@gmail.com
Sebastián Navarrete Aldana es periodista y viajero. Ha trabajado como reportero freelance desde Chile, Brasil, Estados Unidos y Canadá. También hace voluntariados en hostales para despreocuparse de la renta mensual y conocer viajeros de todas partes del mundo.