En la novela Tiempo del sur, de la narradora colombiana María Adelaida Escobar-Trujillo, cuatro mujeres narran el devenir de su familia en tres países (Colombia, Estados Unidos y Canadá). Una historia que habla de la emigración ilegal, la deportación, la marginación social, la homosexualidad, la muerte y el amor.
Por Sandra Barriales-Bouche
Tiempo del sur (UNIVERSIDAD EAFIT, 2018) nos sumerge en la historia de una familia de Medellín, los Restrepo García, a través del monólogo interior de cuatro de sus mujeres: Manuela, Titi, Elena y Elisa. Estas cuatro mujeres, aunque son muy distintas en edad, personalidad y experiencias, tienen en común el conocimiento de lo que significa, de un modo u otro, sobrellevar una existencia al margen. Elena, madre y abuela de las otras protagonistas, descubre a sus casi setenta años que ha llegado a la viudez sin haber podido expresar sus opiniones o deseos al haber sido silenciada durante décadas por el carácter férreo de su marido, Ignacio. Elisa, la hija mayor de Elena, mantuvo su homosexualidad en secreto hasta que, ya en su madurez, encontró a la mujer de su vida, Laura. Titi, la hija menor de Elena, escapando de las deudas contraídas en Colombia, ha vivido como emigrante ilegal en los Estados Unidos durante once años y, junto a su marido y sus hijos, al no haber conseguido el estatus de refugiados en Canadá, debe enfrentarse al regreso forzoso a Colombia. Manuela, hija de Titi, vive, al igual que sus padres, como ilegal en Estados Unidos y, más tarde, tras su vuelta a Colombia, se vuelve a sentir al margen en Medellín, ciudad que la vio nacer pero con la cual no se identifica. La novela narra la lucha íntima y cotidiana que cada una de estas mujeres para hacerse con las riendas de su vida.
Uno de los elementos que llama la atención de Tiempo del sur es su minuciosa y original estructura. La narrativa está organizada en seis tiempos diferentes (“Tiempo de inicio”, “El paso del tiempo”, “Los buenos tiempos”, “Tiempo de cambio”, “Tiempo de respuestas” y “El final de un tiempo”) y cada una de esas etapas está formada por cuatro monólogos de las protagonistas. Un total de veinticuatro piezas diseñadas con precisión de orfebre articulan un mosaico detallado, complejo y armónico de los dilemas y los afectos que vertebran la vida de las Restrepo García.
En primer lugar, la novela refleja hasta qué punto acontecimientos concretos de la historia de tres países determina la vida y las decisiones de las cuatro protagonistas. La violencia en el Medellín de los años ochenta y noventa, el debate sobre la reforma de la ley migratoria en Estados Unidos, la política de refugiados en Canadá y la lucha por los derechos civiles de los homosexuales en Colombia y en los Estados Unidos son los momentos históricos en los que las cuatro mujeres ven cómo sus destinos dependen de las leyes, tanto de las escritas como de las no escritas (las convenciones). Tiempo del sur muestra bien el contraste entre la concepción monolítica del yo que reclaman las leyes y el yo de la esfera íntima que, sin límites ni certezas, se desdibuja hasta, en ocasiones, desconocerse.
En segundo lugar, entre la esfera social y la íntima, la novela se detiene en el mundo de las relaciones familiares, ofreciendo una visión realista de su poder ambivalente. Las cuatro protagonistas de Tiempo del sur sienten sus lazos familiares como su mejor apoyo, pero también como su peor yugo. La novela transmite la fuerza paradójica de la familia: cómo los padres, hermanos, hijos, abuelos, pueden guiar y acompañar, incluso después de haber fallecido; y cómo, al mismo tiempo, con sus errores y con sus expectativas, limitan y cohíben. La estructura polifónica de la narración le da la oportunidad al lector de vislumbrar los espacios ocultos de toda familia: en cada testimonio, se descubren secretos, puntos de vista y detalles sobre parientes y acontecimientos familiares que desconocen las otras tres mujeres. Entre esos elementos que no todas las protagonistas conocen se encuentra la vulnerabilidad de los hombres de la familia, cuya imagen crece en complejidad a medida que van alternándose las voces femeninas.
Por último, Tiempo del sur es un álbum de Medellín. La ciudad y su campo, descritos en diferentes momentos históricos y a través de los ojos de diferentes generaciones, quedan retratados en su doble faz: por un lado, son la casa y la raíz que se extrañan desde Estados Unidos y Canadá y, por otro, forman un ambiente demasiado convencional, de cuyo poder limitador las mujeres jóvenes de la familia se dan cuenta también en la emigración.
Tiempo del sur dibuja un retrato poliédrico y sincero de la fuerza y la complejidad de los lazos familiares, de la realidad de los emigrantes y de la necesaria normalización de las relaciones homosexuales en cualquier sociedad. En su testimonio coral, la novela da voz a mujeres a las que no siempre se les ha permitido expresarse e invita, con esperanza, a que esas voces entren en diálogo con un sur que, al reconocerlas, llegue a conocerse un poco mejor.
Sandra Barriales-Bouche es licenciada en Filología Española por la Universidad de Oviedo (1997). Ella recibió su maestría y Ph.D. en Literaturas y Lingüística Hispanas de la Universidad de Massachusetts en Amherst (2003). Trabajó como profesora asistente de español (2003-2009) y profesora asociada de español (2010-2012) en la Universidad de Suffolk antes de unirse al Departamento de Lenguas, Literaturas y Culturas en McGill en 2012. También enseñó en Mount Holyoke College y Concordia University .